viernes, 16 de junio de 2017

TRUMP Y LAS BURBUJAS DE UN (VIEJO) MUNDO SUMERGIDO

por The Saker, escrito para The Unz Review, publicado también en http://thesaker.is/trump-and-the-bubbles-from-a-sunken-old-world/. Traducción de Leonardo Del Grosso



En primer lugar, una confesión: Realmente no sé cómo han cubierto los medios corporativos el viaje de Trump a la OTAN y la cumbre del G7. Francamente, de verdad no me importa – hace ya mucho tiempo que dejé de escuchar estos embauques imperiales. Existe el riesgo de ignorarlos completamente, y ese riesgo es el riesgo de decir “blanco” cuando todo el mundo dice “negro”. Este es un pequeño riesgo – y, después de todo, ¿a quién le importa? – y hoy lo volveré a tomar y daré mi propia visión del viaje de Trump a Europa: creo que fue un éxito inmenso. Pero no necesariamente para Trump tanto como fue un inmenso éxito para los enemigos del Imperio, como yo. Aquí está mi propia versión de lo que creo que ha ocurrido.
Primero, Trump fue consistentemente grosero. No puedo juzgar si esta falta de modales es el verdadero Trump o si Trump estaba actuando para enviar un mensaje tácito. Por lo que esto vale, conozco a sólo una persona que tuvo relaciones personales y privadas con la familia Trump, incluyendo al propio Donald, y según esta persona Trump es una persona impecablemente cortés. Cualquiera que sea el caso, si se trata de lo natural o de la no tan sutil “mensajería”, Trump realmente se superó a sí mismo. Descartó sin ceremonias al primer ministro de Montenegro, que merece ser tratado con total desprecio. Luego bloqueó a Angela Merkel durante la toma oficial de fotos. Hizo que el G7 esperara más de una hora, se negó a caminar a otra foto de pie. Ni siquiera se molestó en ponerse el auricular de traducción cuando otros hablaban y, crímen de crímenes, les dijo a los países miembros de la OTAN que pagaran más dinero sin decir una sola palabra sobre el artículo 5. Es difícil medir lo que el resto de los políticos allí reunidos realmente pensaron (las prostitutas son buenas en ocultar y reprimir sus propios sentimientos), pero Merkel claramente estaba enojada y frustrada. Al parecer, todo el mundo odiaba a Trump, con la única posible excepción de Macron (pero él es una prostituta de gama alta). Tanto como Obama era un encantador, Trump parece gozar el papel de rufián. Pero lo más importante, Trump trató a la banda de la UE/OTAN con el desprecio que merecen y eso, francamente, lo encuentro muy refrescante. ¿Por qué?

La fea verdad sobre la OTAN: Eurocobardes y Euroimbéciles
¿Qué es la OTAN? Originalmente se suponía que la OTAN era una alianza militar para oponerse a las fuerzas armadas soviéticas y, posteriormente, a la Organización del Tratado de Varsovia. Ahora que ambos han desaparecido, la OTAN no tiene una misión real. Lo que la OTAN todavía tiene es una enorme burocracia. Hay mucho dinero que se puede hacer a través de la OTAN: salarios, contratos, inversiones, etc. Demonios –estos chicos se construyeron gigantescas y nuevas sedes, probablemente para “disuadir la agresión rusa”, ¿cierto? La OTAN es también un enorme ascensor burocrático que puede elevar a la gente a los verdaderos centros de poder, incluyendo el poder financiero. Además, la OTAN es también una pandilla de personas que utilizan a la OTAN para avanzar en su pequeña carrera o agenda política. En el mejor de los casos, la OTAN es una gigantesca hoja de parra cubriendo la obscenidad del imperialismo occidental.
Lo que no es la OTAN es una alianza militarmente útil. Oh sí, claro, los estadounidenses pueden usar a la OTAN para forzar a los europeos a usar el hardware militar estadounidense, eso es cierto, pero si una guerra estallara, especialmente una guerra *real* contra Rusia, los americanos empujarían a todos estos Eurocobardes fuera del camino y harían + 90% de la lucha. La mayoría de los ejércitos de la OTAN son una broma de todos modos, pero incluso aquellos que son marginalmente mejores dependen totalmente de los EE.UU. para todos los multiplicadores de fuerza (inteligencia, logística, transporte, comunicaciones, navegación, etc.).
Y luego está la “Nueva Europa”: los locos en Polonia o los países bálticos que están haciendo un inmenso esfuerzo en tratar de lograr que los Viejos Europeos (que cometieron el enorme error de aceptarlos en la OTAN) se encaminen en un curso de colisión con Rusia. Desde un punto de vista pragmático, los Estados miembros de la OTAN nunca deberían haber incorporado de ninguna manera a los “Nuevos Europeos” en su alianza. Lo mismo ocurre con la UE, por supuesto. Pero en sus ilusiones de grandeza y su pequeño revanchismo decidieron que la Europa *real* debía unirse a la “Nueva Europa” y ahora están pagando el precio por este error estratégico de proporciones colosales. Por supuesto, los estadounidenses son bastardos para alentar a los Euroimbéciles en sus sueños delirantes, pero ahora que está hecho el hecho, los estadounidenses están haciendo lo racional y lo pragmático: están dejando que los Euroimbéciles se las arreglen con sus propios errores. Esto es mejor demostrado por la nueva política de Trump sobre Ucrania: simplemente no le importa.
Oh seguro, él dirá algo sobre el Acuerdo de Minsk, tal vez alguna mención a Crimea, incluso podría decir algo sobre una amenaza rusa. Pero entonces da media vuelta y camina. Y los Euroimbéciles no están descubriendo algo que deberían haber sospechado desde el principio: Ucrania es *su* problema ahora, a los estadounidenses no les importa porque no tienen nada que perder y tampoco nada que ganar, por lo que, además de las palabras vacías, no ofrecerán nada. Mucho peor es el hecho de que parece que serán los europeos quienes terminarán pagando la mayor parte de los costos de reconstruir Ucrania cuando finalmente sea removido el actual régimen nazi (pero eso es un tema para un futuro artículo).
Hay aquí la justicia kármica: todos los Euroimbéciles ahora tendrán que lidiar con las consecuencias del colapso total de Ucrania, pero los primeros que pagarán serán los polacos que intentaron arduamente atraer a la OTAN y la Europa real a su agenda revanchista. Por otra parte, no es más que simple justicia con los polacos, que durante años han estado vociferando sobre una amenaza rusa y que durante años han estado apoyando movimientos nacionalistas e incluso neonazis en Ucrania, que ahora se enfrenten a un diluvio de problemas (sociales, políticos , económicos, etc.) procedentes de “sus” ucranianos, para deleite de los rusos que estarán mirando este lío desde el Este, protegidos por las dos repúblicas de Nuevarrusia y formidables guardias nacionales y fronterizas. Como la mayoría de los rusos, deseo a los europeos “bien du plaisir” con las próximas oleadas de refugiados ucranianos y los “valores europeos” que traerán con ellos.
[Nota al margen: ¿Rusia será mejor con sus refugiados? ¡Absolutamente! ¿Por qué? Porque los Euroimbéciles no son sólo Euroimibéciles, sino también Eurocobardes. Cuando se enfrentan a una ola de delincuencia generada por los refugiados, todo lo que pueden hacer es pasarlo por alto y entrar en profunda negación. En Rusia, cualquier ola del crimen se las verá con toda la fuerza e incluso la violencia del Estado. Echa un vistazo a estos chicos:

Guardia Nacional de la Federación Rusa

e imagine cómo reaccionarían ante el tipo de acontecimientos que han tenido lugar recientemente en la “Vieja Europa”. ¡Trate de violar a sus mujeres!]
La triste verdad es que la OTAN y la UE no merecen ser tratadas con ningún respeto en absoluto. La condescendencia de Trump es totalmente merecida. Peor aún, los estadounidenses ni siquiera tienen que pretender tomar en serio a los europeos porque, durante la última década, estos últimos han obedecido avergonzadamente las órdenes más ridículas e incluso autodestructivas de los estadounidenses.
En verdad, las famosas palabras de Victoria Nuland sobre la UE expresaban algo de un consenso estadounidense sobre el Viejo Continente.

El “G-7”: “burbujas de un mundo sumergido”
“Burbujas de un mundo sumergido” no es una expresión que yo acuñé. Fue el autor ruso Iván Solonevich quien escribió eso sobre el tipo de exiliados aristócratas rusos que todavía pensaban que un día recuperarían todas sus propiedades incautadas por los soviéticos en Rusia. Sin embargo, esta expresión también se aplica a los líderes del G7 que se desempeñan con una gran cantidad de solemnidad y fingen que realmente ellos importan. En verdad, ellos no importan. Solía haber un momento en que el G7 era realmente enorme, pero ahora con China y la India desaparecidos de la mesa y con Rusia expulsada, el G7 se ha convertido en un café de señoras gordas para la fea gente rica, una ocasión para recordar los buenos viejos tiempos cuando Europa todavía importaba.
En realidad, por supuesto, y justamente al igual que con la UE o la OTAN, el G7 es un residuo anacrónico de un lejano pasado. Los países del G7 simplemente no son el lugar donde la acción real ocurre actualmente. Pero incluso peor que eso es el hecho de que los líderes del G7 sufren de la misma forma de demencia senil que los dirigentes de la UE o de la OTAN, lo que no sorprende ya que son más o menos las mismas personas: no tienen nada original ni nuevo que decir, nada importante para afirmar. No tienen visión alguna, muy poca legitimidad e incluso menos credibilidad. Sí, claro, en Francia Macron ganó, pero sólo porque el establishment francés se comprometió en una combinada y masiva campaña de propaganda dirigida a derrotar a Marine LePen. Pero si se considera que sólo un 20% de los franceses votaron por Macron en la primera ronda y que él logró ese puntaje bastante lamentable a pesar de que tenía el pleno apoyo del establishment francés entonces te das cuenta de lo impopular que es realmente el establishment para con el francés de a pie. Mientras la máquina de propaganda Rothschild trataba de presentar a Macron como una especie de de Gaulle, la mayoría de los franceses lo veían por lo que era: un títere hueco en manos de la plutocracia transnacional. Y sin embargo, de todos los líderes del G7, Macron es indudablemente el más dinámico, no sólo por su juventud, sino simplemente porque no aparece como una especie de fósil de un pasado distante.
Se nos dice que el G7 está compuesto por las siete principales economías avanzadas del planeta (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos), pero el único poder real en esa lista es Estados Unidos. A continuación, sería Alemania, pero las políticas de inmigración de Merkel han resultado en un gran desastre europeo y ella es una líder que está muy acorralada. Ella es también uno de las principales culpables del fiasco ucraniano. El siguiente en la línea sería el Reino Unido, pero el Reino Unido acaba de salir de la UE y May está presidiendo un proceso al que ella misma se opone, al igual que las élites británicas. Lo que nos deja con Japón, Italia y Canadá. El pretérito poder económico de Japón está siendo eclipsado por la inmensa economía china, mientras que en términos políticos los japoneses son subcontratistas, sin voz, de los estadounidenses. Italia no debería ni siquiera formar parte del G7, al menos no desde el punto de vista político y económico, porque Italia está mucho más cerca de sus vecinos mediterráneos como España y Grecia y, por lo tanto, mirada con desprecio por los “nortistas”, especialmente por Alemania. Lo que deja a Canadá, posiblemente el país más irrelevante y subordinado de todos ellos (¿cuándo fue la última vez que Canadá tuvo algo de relevancia que decir algo sobre algo? Exactamente). La conclusión es la siguiente: en términos económicos, el G7 ha sido reemplazado por el G20, mientras que en términos políticos el G7 es una cáscara vacía. Trump se da cuenta plenamente de eso y es por eso que ni siquiera intenta ser cortés con ellos.

Trump y los euroenanos

Obama era un vendedor nato de autos usados: podía ser encantador y educado con cualquiera y con todo el mundo. Trump nunca ha tenido necesidad de actuar de esa manera y, en el caso de los europeos, ni siquiera tiene ganas de intentarlo.
El desprecio de Trump por los líderes europeos es definitivamente poco diplomático y muestra una falta básica de educación, pero sigue siendo un desprecio que los líderes europeos merecen con holgura. Además, si bien es cierto que el Imperio anglo-sionista se está hundiendo, la parte europea se hunde mucho más rápidamente que la estadounidense. Lo cual no es sorprendente ya que los Estados Unidos son verdaderamente un país único.

El caso especial de los Estados Unidos

Mientras escribía este artículo he estado escuchando la conferencia de prensa de Donald Trump en el Jardín de las Rosas explicando al mundo que los Estados Unidos se retirarían del Acuerdo de París. No quiero discutir los méritos de estos acuerdos ni las razones de la decisión de Trump, pero subrayaré que esto coloca a Estados Unidos en directa oposición a otros 195 países que firmaron este tratado, esperando que los Estados Unidos cumplan sus términos. 195 países realmente significa casi todo el planeta. Y sin embargo Trump se siente seguro de que puede permitirse tomar un camino separado y el resto del mundo tendrá que callarse.
Trump está en lo cierto. Estados Unidos es un “caso especial”.
No hay absolutamente nada que el resto del planeta pueda hacer para impedir que Estados Unidos se retire de este u otro acuerdo. La mejor prueba de ese hecho se puede encontrar en la posición más o menos oficial de los Estados Unidos de que no necesita un Consejo de Seguridad de la ONU para imponer sanciones a otra nación, amenazarla con una agresión militar o incluso ir a la guerra contra ella. En este momento, los Estados Unidos han atacado a Siria varias veces y hay fuerzas estadounidenses desplegadas dentro de Siria y nadie parece preocuparse, lo que es algo irónico teniendo en cuenta cuántos juristas hay en los Estados Unidos y, más aún, en el Congreso. Sin embargo, todo el mundo acepta tímidamente que Estados Unidos está, por alguna razón, por encima de la ley, que las leyes son para “otros”, no para la “nación indispensable” con un “deber” y una “responsabilidad especial” para “liderar el mundo”. (¡Lo siento, pido disculpas, pero me encanta este tipo de lenguaje imperialista!).
En política, el poder no es absoluto, sino relativo. Claro, el ejército estadounidense es básicamente disfuncional y no parece capaz de asustar a nadie en la lista de “enemigos” de Estados Unidos, pero comparado con Europa, Estados Unidos es una potencia. En cuanto a los europeos, dependen de los estadounidenses para prácticamente todo lo que importa. Trump entiende todo eso y parece tener más respeto por Kim Jong-un que por Angela Merkel. No puedo culparlo ya que esto es también lo que yo siento.

Las muchas dulces ironías de todo esto
La tradicional política exterior británica siempre ha sido fomentar las guerras en Europa para prevenir cualquier tipo de unidad continental. En cuanto a Estados Unidos, su principal objetivo siempre ha sido mantener “mantener a los estadounidenses arriba, a los rusos afuera, y a los alemanes abajo”. Y ahora vemos a los británicos que salen de la UE y los norteamericanos saliendo muy bien, quizás no fuera de Europa per se, pero de la mayoría de los problemas de Europa. Entonces, ¿por qué se retiran los anglos? ¿No es una señal clara de que Europa se está hundiendo?
Uno de los lemas favoritos de los Ukronazis es “Україна – це Європа” (Ucrania es Europa). Por desgracia, como escribí en un artículo pasado, es Europa la que “se convirtió” (como) en Ucrania: pobre, corrupta, conducida por ideólogos hipócritas totalmente desvinculados de la realidad y, lo más importante, totalmente fijados en amenazas imaginarias. La única diferencia entre los líderes de la UE y sus homólogos Ukronazis es que mientras los últimos han declarado que ya están luchando contra una invasión rusa, los primeros sólo se preparan para contrarrestarla. Eso es. Aparte de eso, no veo ninguna diferencia, al menos ninguna que importe. Oh, casi me olvidé de los estadounidenses: no luchan contra los rusos (¿todavía?), pero están “defendiendo” a su país del ataque de piratas informáticos rusos y topos pro-rusos en el séquito de Donald Trump. Brillante.
En este mundo que se ha vuelto loco, sólo los rusos están tratando de convencer a sus socios occidentales para volver a alguna apariencia de cordura. Pero, francamente, no creo que tengan muchas esperanzas. Ellos ven cómo el así llamado “Occidente” se está cayendo a pedazos, cómo las élites gobernantes de Occidente parecen estar enfrascadas en la autodestrucción y se preguntan: ¿por qué nuestros “socios occidentales” están tan determinados a provocar su propia muerte y por qué nos culpan por lo que se están haciendo a sí mismos? También se ríen a menudo de los poderes cuasi mágicos que los locos paranoicos en Occidente parecen atribuir a Rusia. Un alto funcionario estadounidense, James Clapper, ex Director de Inteligencia Nacional, incluso cree que los rusos están “casi genéticamente impulsados a cooptar, penetrar, ganar el favor, lo que es una técnica rusa típica” para subvertir la democracia (no puedo decidirme si suena más como un racista nazi o un payaso… probablemente una mezcla de ambos). Como dije, los rusos se ríen de todo, pero precisamente para hacer que las cosas no se vuelvan feas también están recreando sus famosos “Ejércitos de Choque” (incluyendo al menos un Ejército de Tanques) y doblando el tamaño de las fuerzas aerotransportadas rusas que las llevan a 72.000 soldados y generalmente se preparan para la 3º Guerra Mundial.
Pero por el momento, la guerra es mucho menos probable de lo que habría sido el caso con Hillary. Lo que vemos es Trump haciendo “América grande de nuevo” pisando a sus aliados en Europa y despreciando desdeñosamente al resto de la humanidad. Ese tipo de megalomanía arrogante no es una vista bonita con seguridad, pero es mucho mejor que la III Guerra Mundial. Y “mejor que la Tercera Guerra Mundial” es todo lo que podemos esperar en el futuro previsible.

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