por William Engdahl. En Williamengdahl.com y New Eastern Outlook. Traducción de Leonardo Del Grosso, para Striptease del Poder
En los estados que rodean a la Federación de Rusia en las últimas semanas han estallado una serie de eventos que ciertamente no están siendo recibidos con alegría en el Kremlin. Cada centro de crisis, en sí mismo, no es un cambio de juego definitivo para la futura seguridad rusa. Tomados en conjunto sugieren que se está desenvolviendo algo mucho más siniestro contra Moscú. Un estudio reciente de RAND Corporation*, preparado para el ejército de los Estados Unidos, sugiere con notable precisión quién podría estar detrás de lo que indudablemente se convertirá en una gran amenaza para la seguridad rusa en los próximos meses.
Los ataques, respaldados por Turquía, que realizó Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj, encendiendo un territorio después de casi tres décadas de relativo impasse y alto el fuego, la continua desestabilización de Lukashenko en Bielorrusia, el extraño comportamiento de la Unión Europea y el Reino Unido en torno al presunto envenenamiento del disidente ruso Navalny, y más recientemente, las protestas masivas en Kirguistán, una antigua parte de la Unión Soviética en Asia Central, llevan las huellas dactilares del MI6 de Gran Bretaña, la CIA y una serie de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) privadas dedicadas al cambio de régimen.
Nagorno-Karabaj
El 27 de septiembre fuerzas militares de Azerbaiyán rompieron el alto el fuego de 1994 con Armenia sobre el conflicto en la región de Nagorno-Karabaj, que es predominantemente de etnia armenia. Los más intensos combates en años se produjeron en ambos lados, a medida que la confrontación fue escalando.
El turco Erdogan se pronunció abiertamente en apoyo de Bakú contra Armenia y contra la región de población armenia de Nagorno-Karabaj, lo que llevó a Nikol Pashinyan, primer ministro de Armenia, a acusar a Turquía de “continuar una política genocida como una tarea pragmática”. Fue una clara referencia a la acusación armenia de genocidio de más de un millón de cristianos armenios por parte del Imperio Otomano en 1915-23. Turquía hasta el día de hoy se niega a reconocer su responsabilidad.
Mientras Armenia culpa a Erdogan de apoyar a Azerbaiyán en el actual conflicto en el Cáucaso, el oligarca ruso Yevgeny Prigozhin, a veces llamado el “chef de Putin”, por su imperio de catering, así como también por sus estrechos vínculos con el presidente ruso, ha dicho en una entrevista con un periódico turco que el conflicto armenio-azerí fue provocado por “los estadounidenses”, y que el régimen de Pashinyan está esencialmente al servicio de Estados Unidos. Aquí esto se pone interesante.
En 2018, Pashinyan llegó al poder a través de protestas masivas llamadas la “Revolución de Terciopelo”. Fue apoyado abierta y fuertemente por la sección Armenia de la Fundación Sociedad Abierta, de Soros, que desde 1997 ha estado financiando activamente numerosas ONG “democráticas” en el país. Como primer ministro, Pashinyan ha nombrado a destinatarios del dinero de Soros para la mayoría de los puestos clave del gabinete, incluida la seguridad y la defensa del estado.
Al mismo tiempo, es impensable que la Turquía de Erdogan, todavía en la OTAN, apoye tan abiertamente a Azerbaiyán en un conflicto que potencialmente podría conducir a una confrontación turca con Rusia, sin alguna forma de respaldo previo por parte de Washington. Armenia es miembro de la asociación económica y de defensa Unión Económica Euroasiática junto con Rusia. Esto hace que los comentarios de Prigozhin sean especialmente interesantes.
También vale la pena señalar que la jefa de la CIA, Gina Haspel, y el recientemente nombrado jefe del británico MI-6, Richard Moore, son, ambos, veteranos sobre Turquía. Moore fue embajador del Reino Unido en Ankara hasta 2017. Haspel fue jefa de la estación de la CIA en Azerbaiyán a fines de la década de 1990. Antes de eso, en 1990, Haspel era una oficial de la CIA en Turquía, que habla turco con fluidez. Notablemente, aunque se eliminó de su biografía oficial de la CIA, también fue jefa de la estación de la CIA en Londres justo antes de ser nombrada jefa de la CIA de la Administración Trump. También se especializó en operaciones contra Rusia cuando estaba en Langley en la Dirección de Operaciones de la CIA.
Esto plantea la pregunta de si las manos oscuras de una operación de inteligencia anglo-estadounidense están detrás del actual conflicto entre Azerbaiyán y Armenia sobre Nagorno-Karabaj. Añadiendo más pólvora a los disturbios en el Cáucaso, el 5 de octubre, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que los intereses de seguridad de la OTAN son sinónimos de los de Turquía, a pesar de la compra turca de avanzados sistemas de defensa aérea rusos. Washington hasta ahora ha guardado un notable silencio sobre el conflicto del Cáucaso o el supuesto papel de Turquía.
Y Bielorrusia…
La erupción del larvado conflicto de Nagorno-Karabaj cerca de la frontera sur de Rusia no es el único estado donde en estos días Washington promueve activamente la desestabilización de vecinos vitales de Rusia. Desde las elecciones de agosto, Bielorrusia (Belarus) se ha llenado de protestas orquestadas que acusan al presidente Lukashenko de fraude electoral. La oposición ha estado activa en el exilio desde los vecinos países bálticos de la OTAN.
En 2019, la Fundación Nacional para la Democracia (NED, National Endowment for Democracy), financiada por el gobierno de los Estados Unidos, enumeró en su sitio web unas 34 subvenciones para proyectos NED en Bielorrusia. Todas ellas fueron dirigidas a nutrir y entrenar a una serie de grupos de oposición anti-Lukashenko y construir ONGs nacionales.
Las subvenciones se destinaron a proyectos tales como “Fortalecimiento de ONGs: incremento del compromiso cívico local y regional … identificación de problemas locales y desarrollo de estrategias de promoción”. Otro proyecto fue “expandir una biblioteca en línea de publicaciones a las que no se puede acceder fácilmente en el país, incluidas obras sobre política, sociedad civil, historia, derechos humanos y cultura independiente”.
Otra subvenciones de NED fueron “Para defender y apoyar a periodistas y medios independientes”, y “Fortalecimiento de ONGs: fomentar el compromiso cívico de los jóvenes”. Otra gran subvención de NED fue para “Capacitar a los partidos y movimientos democráticos en campañas de promoción efectivas”. Detrás de los proyectos NED que suenan inocentes hay un patrón de creación de una oposición especialmente entrenada en las líneas del modelo NED de la CIA, de la oficina de la “Revolución de Colores”.
Como si los disturbios en el Cáucaso y Bielorrusia no fueran suficientes para provocar migrañas en Moscú, el 29 de septiembre en Bruselas, el primer ministro de Georgia, Giorgi Gakharia, se reunió con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Stoltenberg le dijo que “la OTAN apoya la integridad territorial y la soberanía de Georgia dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente. Pedimos a Rusia que ponga fin a su reconocimiento de las regiones [separatistas de Georgia] de Abjasia y Osetia del Sur y que retire sus fuerzas”.
Stoltenberg luego le dijo a Gakharia: “Lo animo a que continúe aprovechando al máximo todas las oportunidades para acercarse a la OTAN. Y a prepararse para la membresía”. Por supuesto, la pertenencia a la OTAN de la vecina rusa Georgia representaría un desafío estratégico para Rusia, al igual que el de Ucrania. Los comentarios de la OTAN se suman a las tensiones que enfrenta el Kremlin recientemente.
La entonces antigua república de Asia Central de la Unión Soviética, Kirguistán, también acaba de estallar en protestas masivas que han derrocado al gobierno por tercera vez desde 2005, por acusaciones de fraude electoral por parte de la oposición.
USAID, una cobertura conocida a menudo para las operaciones de la CIA, está activa en el país al igual que la Fundación Soros, que ha creado una universidad en Biskek y financia la gama habitual de proyectos, “para promover la justicia, la gobernabilidad democrática y los derechos humanos”. Cabe señalar que Kirguistán también es miembro, junto con Armenia y Bielorrusia, de la Unión Económica Euroasiática, liderada por Rusia (el otro país que integra la UEE es Kazajistán. Nota del Traductor).
De nuevo Novichok
Luego, para aumentar la presión sobre Rusia, tenemos las extrañas acusaciones de la inteligencia de la Bundeswehr alemana (fuerzas armadas de la República Federal de Alemania. N. del T.) y ahora de la OPAQ (Organización para la Prohibición de la Armas Químicas. N. del T.) de que el disidente ruso Alexei Navalny fue envenenado en Rusia utilizando “un agente nervioso de la era soviética”, que los alemanes dijeron que era Novichok. Si bien desde entonces Navalny evidentemente ha salido con vida y dado de alta del hospital, los funcionarios alemanes, así como los británicos, no se molestan en explicar una recuperación tan milagrosa de lo que es reputado como el agente nervioso más mortal de la historia.
Tras la declaración de la OPAQ de que la sustancia era Novichok, el ministro de Relaciones Exteriores alemán amenaza con sanciones severas contra Rusia. Muchos piden que Alemania cancele el gasoducto ruso NordStream-2 como respuesta, un golpe que impactaría a Rusia en un momento de severa debilidad económica por los bajos precios del petróleo y los efectos del bloqueo por el coronavirus.
Alemania tampoco se molesta en investigar a la misteriosa compañera rusa de Navalny, Maria Pevchikh, que afirma haber rescatado la botella de agua vacía, “envenenada con Novichok”, de la habitación de Navalny en el hotel, en Tomsk, Rusia, antes de que lo llevaran a Berlín por invitación personal de Angela Merkel. Después de entregar la botella envenenada a Berlín en persona, aparentemente voló rápidamente a Londres, donde vive, y aparentemente ninguna autoridad alemana u otra intentaron entrevistarla como posible testigo material.
Pevchikh tiene una larga asociación con Londres, donde trabaja con la fundación de Navalny y, según se informa, está en estrecho contacto con el amigo de Jacob Rothschild, Mikhail Khodorkovsky, el estafador convicto y enemigo de Putin. Khodorkovsky también es uno de los principales financiadores de la Fundación Anticorrupción de Navalny (FBK en ruso).
Hay informes creíbles de que la misteriosa Pevchikh es un activo del MI-6, el mismo MI-6 que dirigió otro ridículo drama de Novichok en 2018, afirmando que el desertor ruso Sergei Skripal y su hija Yulia Skripal fueron envenenados en Inglaterra por la inteligencia rusa usando el mortal Novichok. Nuevamente allí, ambos Skripals se recuperaron milagrosamente del agente nervioso más letal, y oficialmente fueron dados de alta del hospital, después de lo cual “desaparecieron”.
¿Un plan RAND?
Si bien más investigación indudablemente arrojará más evidencia, el patrón de medidas activas anglo-estadounidenses o de la OTAN contra países clave de la periferia rusa, o contra intereses económicos estratégicos rusos, todo dentro del mismo período de tiempo, sugiere algún tipo de ataque coordinado.
Y da la casualidad de que los objetivos de los ataques se ajustan precisamente al esbozo de un importante informe de un grupo de expertos militares de EEUU. En un informe de investigación de 2019 para el Ejército de los EEUU, la corporación RAND publicó un conjunto de recomendaciones de políticas bajo el título “Extendiendo a Rusia: competir desde terreno ventajoso”.
Señalan que con “extender” a Rusia se refieren a “medidas no violentas que podrían estresar al ejército o la economía de Rusia o la posición política del régimen en el país y en el extranjero”. Todos los puntos de estrés citados anteriormente sin duda llenan esa descripción. Más sorprendente es la elaboración específica de posibles puntos de estrés para “extender Rusia”, es decir, extenderla en exceso.
El informe analiza específicamente lo que ellos llaman “medidas geopolíticas” para sobre-extender a Rusia. Estos incluyen proporcionar ayuda letal a Ucrania; promover el cambio de régimen en Bielorrusia; explotar las tensiones en el Cáucaso Sur; reducir la influencia rusa en Asia Central. También incluye propuestas para debilitar la economía rusa desafiando sus sectores de gas y petróleo.
Notablemente, estas son las mismas áreas de turbulencia geopolítica dentro de la esfera estratégica de influencia de Rusia actualmente. Específicamente, en el Cáucaso, RAND declara, “Georgia, Azerbaiyán y Armenia fueron parte de la Unión Soviética, y Rusia todavía mantiene una influencia significativa sobre la región hoy…”.
Señalan que “hoy, Rusia reconoce como países separados tanto a Osetia del Sur como a Abjasia (uno de los pocos gobiernos en hacerlo) y está comprometido con su defensa… Estados Unidos también podría renovar sus esfuerzos para incorporar a Georgia en la OTAN. Georgia ha buscado durante mucho tiempo ser miembro de la OTAN;…”. Recordemos los comentarios citados del OTAN Stoltenberg para alentar a Georgia a unirse a la OTAN, y exigir que Rusia renuncie al reconocimiento de Osetia del Sur y Abjasia.
El informe RAND también destaca las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán: “Rusia también juega un papel clave con Azerbaiyán y Armenia, particularmente en torno del disputado territorio de Nagorno-Karabaj… Estados Unidos podría presionar para una relación más estrecha de la OTAN con Georgia y Azerbaiyán, probablemente llevando a Rusia a fortalecer su presencia militar en Osetia del Sur, Abjasia, Armenia y el sur de Rusia. Alternativamente, Estados Unidos podría intentar inducir a Armenia a romper con Rusia”.
En relación con las protestas masivas actuales en Kirguistán en Asia Central, RAND destaca: “Rusia es parte de dos emprendimientos económicos relacionados con Asia Central: la UEE (Unión Económica Euroasiática) y la Iniciativa de la Franja y de la Ruta” (Iniciativa impulsada por China, que comprende rutas de comercio terrestres y marítimas, grandes obras de infraestructura para configurarlas, y financiamiento competitivo para ejecutarlas. Nota del traductor).
Un cambio de régimen pro-OTAN podría lanzar una gran barrera entre Rusia y China, así como dentro de su UEE. En cuanto a las presiones económicas, el informe RAND cita la posibilidad de presionar a la Unión Europea para que abandone el gasoducto NordStream-2, que va desde Rusia directamente a Alemania.
El reciente incidente de Navalny está creando una presión creciente dentro de la UE, e incluso en Alemania, para detener a NordStream-2 como sanción por el asunto Navalny. RAND señala: “En términos de ampliar Rusia económicamente, el principal beneficio de crear alternativas de suministro al gas ruso es que reduciría los ingresos de exportación de Rusia. El presupuesto federal ruso ya está estresado, lo que lleva a recortes planificados en el gasto de defensa, y la reducción de los ingresos del gas generaría aún más estrés en el presupuesto”.
Si examinamos las crecientes presiones sobre Rusia a partir de los ejemplos citados aquí, y las comparamos con el lenguaje del informe RAND de 2019, queda claro que muchos de los problemas estratégicos actuales de Rusia están siendo diseñados y orquestados deliberadamente desde Occidente, específicamente desde Washington y Londres. La forma en que Rusia se enfrenta a esto, así como a una futura escalada de presiones de la OTAN, presenta claramente un gran desafío geopolítico.
* Research ANd Development Corporation; organización de investigación y desarrollo para la elaboración de propuestas y análisis de políticas públicas de los Estados Unidos; es una especie de lobby académico surgido del Complejo Militar y de Seguridad de los EEUU y hoy financiado por diferentes patrocinadores gubernamentales y corporativos, cuyo principal objetivo es moldear la política imperial e influir, mediante estudios aparantemente sofisticados, en las millonarias asignaciones presupuestarias para beneficio de los contratistas militares y fabricantes de armas. (Nota del Traductor)
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