“Cambiar el mundo,
amigo Sancho, que no es locura ni utopía... ¡Sino justicia!”
Don
Quijote de la Mancha
Hoy es 24 de marzo de 2022 y el pueblo argentino saldrá a la calle a recordar a la generación revolucionaria que luchó heroicamente por la Patria Socialista. Muchos significados se le pueden dar a esta fecha... Están los que enfatizarán en la victimización. Y están los que enfatizarán en el ejemplo de lucha de los compañeros caídos, ejemplo que, ante los métodos siempre terroristas de las clases dominantes, se hace más recio y más valiente todavía.
Hace pocos días se nos fue físicamente otro digno representante de esa generación: Jorge Luis “el Pampa” Ubertalli Ombrelli. Revolucionario, internacionalista proletario, poeta, cantor, payador, periodista... de prolífica obra en todos los campos. ¡Cuántas anécdotas pudiera relatar de mis vivencias con compañero tan singular!
Mi último diálogo con él lo tuve frente a la embajada de Cuba en Argentina, en la última manifestación que contra la gusanada se realizó allí, el pasado viernes 11 de marzo. Le pregunté: ¿por qué a veces firmás tus artículos como Ubertalli Ombrelli, y a veces como Ubertalli a secas?
Me contestó que firmaba Ubertalli Ombrelli para homanejear a la familia de su madre, que era más proletaria y que tenía una conciencia de “ser pueblo”, mientras que entre los Ombrelli había varios con pretensiones aristocráticas. No me lo dijo exactamente con estas palabras, pero conceptualmente fue eso lo que me dijo, y me contó además un poco de la genealogía de sus progenitores, de algunas de sus diferentes ramas, de las diferentes filiaciones políticas de sus integrantes en la Italia de donde provinieron sus ancestros.
Y firmaba con los dos apellidos a veces sí, a veces no, porque hubo ocasiones en que por esa causa tuvo problemas con la correspondencia, ya que la mayor parte de su vida había firmado sólo con Ubertalli.
Es que el mayor amor del “Pampa” fueron “los nadies”, los proletarios, los seres en su realidad más pura, los humildes, a los que el Pampa quería entrañablemente, y sus mayores referentes históricos eran todos aquellos que lucharon y luchan denodadamente por el pueblo, esos “fanáticos del pueblo” que Evita ordenaba que tenían que ser aquellos que pretendieran ser dirigentes con verdadera talla.
Así, sus comandantes, sus referentes políticos eran los genuinos comandantes revolucionarios. Entre tantos que estoy seguro que eran referentes del “Pampa” puedo nombrar a Marx, Engels, Lenin, Augusto César Sandino, Buenaventura Durruti, Kim Il-Sung, Evita, Fidel Castro, Che Guevara, Carlos Fonseca, Daniel Ortega... Y seguro que hay muchos más que no he nombrado, que no conozco que eran sus jefes espirituales, aunque supongo que los que he nombrado alcanzan como para dar idea de su orientación humana.
El Pampa tuvo una
participación directa, además de en el proceso revolucionario
argentino donde en los setenta integró varias organizaciones, en los
procesos revolucionarios de Nicaragua y El Salvador, procesos que lo
marcaron para toda su vida, y una relación absolutamente entrañable
y devota hacia la Revolución Coreana, hacia la República Popular
Democrática de Corea (también conocida como “Corea del Norte”),
en donde estuvo presente en los momentos más álgidos de los últimos
movimientos agresivos del imperialismo contra esa nación. El libro
de su autoría “La verdad y nada más eso: mi viaje a la Corea
Socialista”, escrito luego de su estadía en la R.P.D.C., es una
nítida descripción del ejemplar y luminoso camino del socialismo
coreano. También aportó de manera enriquecedora al proceso democrático popular en Bolivia, durante la primera década de este siglo.
Por otra parte, gracias a las importantes investigaciones del Pampa, varios de los esbirros de la dictadura militar que asaltó el poder constitucional el 24 de marzo de 1976 en nuestra patria comprobaron que su impunidad era frágil y así la mano de la justicia los alcanzó en la Tierra bastante antes de llegar al infierno (y cuando digo justicia no me refiero a la de este Poder Judicial que es un chiste de justicia, sino la justicia ganada con la lucha popular, la que obligó moralmente a algunos jueces a dictar sentencias dignas).
Los ribetes de la personalidad rebelde del “Pampa” pueden hacer confundir a algunos que suponen que la organicidad se basa en solemnidades formalistas, en “ritos orgánicos” más que en organicidades operativas para con una política de vanguardia. Con esto no quiero decir que las formalidades no cuenten, sino que cuando la política no es revolucionaria, las formalidades de los partidos que se autodefinen revolucionarios terminan siendo una liturgia sólo emotiva pero inmovilista, que se adapta así al establecimiento neocolonial imperante. Y ese mismo espíritu rebelde del Pampa, y ese mismo amor por “los nadies”, es lo que lo llevó a distanciarse de políticas sin puntos de apoyo que basa todo en las formas y “las relaciones”, y nada en el propio Poder Real, en el Juché (término kimilsungista que podría resumirse en basarse en las propias fuerzas y en la conciencia de que las masas populares son las únicas dueñas de la Revolución, donde el Partido es un instrumento al servicio la revolución popular, al servicio de las masas, y no a la inversa).
El “Pampa” fue
un orgánico consecuente y leal que antes que confrontar de manera
destructiva contra determinadas líneas políticas, dándole de comer
a los enemigos principales, en los últimos tiempos optó por cierto
repliegue, cierto ostracismo -con su caballo Yupi (por Atahualpa
Yupanqui) y su perrita Maleva a los que tanto quería-, pero sin
dejar de aportar al proceso de lucha popular en la medida de lo
posible, en la medida en que se lo permitiera su avanzada edad y las condiciones subjetivas existentes.
Así, el Pampa seguía escribiendo, fundamentalmente de política internacional, publicando en diferentes medios, cantando en eventos populares, compartiendo las milongas de su autoría.
En los últimos tiempos estaba en curso el seminario que él había organizado sobre las doctrinas de la opresión imperialista, seminario titulado “la guerra de las mentes.. y los cuerpos”, donde se abordaron diferentes tópicos como las guerras de quinta generación, las armas biológicas y químicas, la acción psicológica, etc...., en síntesis, las diferentes técnicas y doctrinas malvadas que utilizan las fuerzas imperialistas en sus diabólicos fines, y el porqué sociológico, desde la teoría marxista, de las monstruosidades imperialistas que como Humanidad estamos padeciendo y contra las que debemos luchar, y vencer.
Y sus últimos artículos fueron sobre la guerra contra Rusia que el Imperio libra utilizando a Ucrania. Justamente aquí en este blog, había publicado dos de una serie de tres. Póstumamente iré publicando no sólo el último de la serie citada, sino también otras elaboraciones que compartió en el seminario.
Cuando hablábamos sobre política internacional siempre enfatizaba que cada pueblo hacía su propia revolución, sin dictados del extranjero, vinieran de donde vinieran. Esto que para algunos sonaría altanero o quizá hasta chovinista en el sentido de sonar inorgánico respecto alguna de alguna que otra gran “internacional”, en mi criterio es la base de la construcción del poder revolucionario, ése poder ejercido directamente por las masas populares en su lucha, cuyo fragor las construye en sujeto consciente revolucionario.
En el mismo sentido, “parlando” sobre Italia y sobre nuestros ancestros comunes (mis padres son italianos de nacimiento), o discutiendo sobre las experiencias revolucionarias de otros países, siempre decía: “todo lo que vos quieras, pero ¡yo nací en Valentín Alsina!!” (Partido de Lanús).
Y en los últimos tiempos, sobre las perspectivas en la guerra que Occidente hace contra Rusia, el Pampa decía: “con los rusos no se jode... ¿Sabés que pasa? Que los rusos aprendieron solos, no les enseñó nadie”.
¿Que conclusión saco de esto último que decía el Pampa? Que por supuesto que tenemos que aprender con la teoría, con
el conocimiento adquirido por otros, porque en realidad no hay aprendizaje asocial, y que aunque no tenemos que tener una autosuficiencia
que es vanidad, lo cierto es cada uno tiene que vivir su propia vida, hacer
su propio camino, ser protagonista de su propia lucha, y no debemos
temer a caminar nuestro propia ruta y, de esa manera, ofrendar
al pueblo y la Historia el testimonio de nuestra vivencia, con sus errores y
aciertos. A esto es a lo que se refería el Pampa: a la valentía de avanzar y aprender así, a fuerza de intrepidez. Creo que era Marx el que decía que “la peor lucha es la
que no se libra”.
Enrique Santos Discépolo, ese ser inmenso que nos honra a los argentinos, también parecía soberbio cuando decía “¡a mí no me la vas a contar!!”. Y claro, a los que han VIVIDO, con mayúsculas, no se las va a andar contando alguien que vive a través del relato elaborado por otros, las más de las veces el Imperio; no se la va andar contando alguien que no vive, que no se arriesga, que siempre se repliega y que, por eso mismo, por vivir refugiado, frecuentemente repite las mentiras que le cuentan los pillos.
Querido Pampa... Estoy seguro que desde donde estés gritarás destemplado, algo hosco, “¡déjenme de romper las pelotas!!!”, o me dirás con tu tonada canchera suburbana “¿sabés que pasa, pibe? ¡que yo no tengo deudas con nadie!!” Y claro que te creo, querido amigo.
Tu corazón dejó de
latir el 14 de marzo, el mismo día que falleció Carlos Marx, uno de
tus admirados luchadores, a quien estudiaste aplicadamente. A tu sepelio concurrieron en persona los
embajadores de Cuba y Nicaragua, y la República Popular Democrática
de Corea (que desde la dictadura genocida de 1976 no tiene
representación diplomática en nuestro país y que, lamentablemente,
los cobardes de esta democracia burguesa no han restablecido) envió un
muy elogioso mensaje en tu honor. Distintas fotos de tu vida ilustraron tu despedida, así como también la bandera de la República Popular Democrática de Corea y las imágenes de varios de tus referentes más caros: el Che, Kim Il Sung, Carlos Fonseca, Augusto César Sandino, Evita, Fidel Castro.
Para rendirte mi
homenaje pondré a continuación enlaces de algunos pocos de tus artículos
y canciones, así como también algunos artículos que otros
escribieron a raíz de tu partida física, y una galería de imágenes.
Te mando un abrazo
fuerte, querido Pampa. Sé que estás cabalgando en algún caballo
blanco como el de San Martín, o como el Chollima, o como tu querido
Yupi, luchando para cambiar el mundo.
¡Hasta la Victoria Siempre, Querido Pampa!
Algunos artículos del Pampa:
El Gran Líder Kim Il Sung, siempre entre nosotros
Bolivia: ¿Hasta cuando…o ahora es cuando?
Argentina: ¿En qué otro asunto andan estos tipos?
La larga guerra contra Cuba Socialista
Argentina-Nicaragua, rumbo sinuoso
Plan Minerva: más que un mito o un jugo de limón
Artículos en su homenaje ante la noticia de su fallecimiento:
Jorge Luis Ubertalli Ombrelli, nombrado “El Pampa”: Semblanza de un orejano
por Jorge Falcone
Hasta siempre querido Pampa
por Fernando Roperto
La Pluma rinde homenaje a nuestro compañero Jorge Luis Ubertalli Ombrelli “El Pampa“
por María Piedad Ossaba
Algunas de sus canciones:
Pampa Ubertalli y una milonga para Maxi y Darío
Algunas fotos:
Leonardo Del Grosso
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