Leo el comunicado del CELS titulado
“el caso del policía Chocobar: la falsa alternativa entre ‘garantismo’ y ejecuciones policiales”, publicado este último 2 de febrero. No puedo más que compartir los conceptos vertidos allí contra el abuso del poder (abuso que consistió en el asesinato a balazos por la espalda, por parte de un policía, de un joven de 18 años que había cometido un robo, ejecución extrajudicial celebrada por el cipayo presidente de Argentina, Mauricio Macri, con una audiencia pública y publicitada concedida al asesino). En el comunicado del CELS, organización no gubernamental que opera en Argentina, se habla de que “habría trasgredido las normas más básicas de uso progresivo y racional de la fuerza, de cumplimiento obligatorio para todos los efectivos policiales”.
Pero hete aquí que este CELS que, con justicia, denuncia algunos de los tantos abusos del lamebotas Macri, es el mismo que publica un comunicado conjunto, con otras organizaciones no gubernamentales de otros países, autodenominadas “de derechos humanos”, titulado
“Organizaciones de DDHH: Venezuela debe respetar el derecho del pueblo a elecciones libres y justas”, publicado pocos días antes, el 26 de enero. Como se ve, ya el título es conminatorio contra Venezuela, partiendo, maliciosamente, de una premisa mentirosa: la de que el gobierno de Venezuela no respetaría los derechos electorales de su pueblo.
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nada de Colombia, ni de Honduras, ni de EEUU. Si de Venezuela |
¿Pero cuáles son los argumentos para aseverar semejante difamación?
El comunicado acusa al gobierno de Venezuela de violar la Constitución porque la Asamblea Nacional Constituyente que surgió de los comicios realizados en julio de 2017 no fue convocada a través de un referendo cuando, claramente, el artículo 348 de la Constitución, establece que el presidente está facultado para hacerlo.
A continuación cito textual este artículo:
“Artículo 348. La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes; los Concejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el Registro Civil y Electoral”.
En su momento, la contrarevolución venezolana, financiada por instituciones de la oligarquía plutocrática anglosionista, se agarró de la parte que dice “iniciativa”, como algo diferente de “convocatoria”, para decir que sólo un referendo, y no el presidente Maduro, podía convocar a elecciones a Constituyente. Si así fuera, entonces todos los demás organismos facultados para convocar a una Constituyente, lo serían sólo para convocar a un referendo. Como mínimo, me suena ridículo. O sea: tremendo procedimiento para convocar a un referendo, para luego de hacer el tal referendo, hacer las elecciones constituyentes. Y lo peor de todo es que lo del referendo lo inventan como único paso intermedio entre “iniciativa” y “convocatoria”. Rebuscado por donde se lo mire. Pero lo peor de todo es que los máximos tribunales de Venezuela ya han sentenciado a favor de la interpretación natural del artículo 348, que faculta al presidente para convocar a las elecciones de constituyentes. ¿No era que la “comunidad internacional” quería democracia? ¿Y qué son las elecciones si no más democracia? No puede haber más que deshonestidad y mala fe en quienes, al mismo tiempo que son sustentados por el Imperio, a la vez defienden hasta niveles nanoscópicos el “derecho del pueblo a votar” (por su demanda del artificial referendo). Está claro que lo que quieren es siempre correr el arco, buscar, como se dice, "el pelo en la leche", criticar, ora por izquierda, ora por derecha, obstaculizar, obstaculizar, y obstaculizar, los derechos políticos reales, efectivos, del pueblo venezolano. Por una razón muy sencilla: porque cuando el pueblo avanza en su poder político efectivo, como sucede en la Asamblea Constituyente, se profundiza el camino socialista. ¿Y qué es esto? Que el pueblo de Venezuela avanzará en la recuperación de la propiedad de sus riquezas, robadas por los capitalistas. En Venezuela hoy se está profundizando la revolución, lo que implica afectar los “derechos de propiedad” privada, esa propiedad que tiene la cualidad de privar a los demás. Afectar estos "derechos" en palabras sencillas significa repartir la torta. Sólo un ortiba, anticristo, puede estar en contra de repartir el pan, que es lo que los capitalistas, esos individuos egoístas y codiciosos, jamás harán. En Venezuela quieren repartir el pan, hacer lo que Cristo predicó. Tan sencillo como eso.
El comunicado aludido también aplaude la
reciente declaración del denominado “grupo de Lima”, conjunto de países lacayos del anglosionismo a los que EEUU utiliza de plataforma política para agredir a Venezuela. En ese grupo, por ejemplo, está Honduras. Busco en el
sitio web del CELS... nada: ni un comunicado sobre el tremendo fraude electoral realizado en las elecciones del 26 de noviembre pasado en Honduras, donde le fue birlado el triunfo a la coalición que llevaba como candidato a Salvador Nasralá; ni un comunicado sobre los
aproximadamente 40 hondureños asesinados en las constantes manifestaciones en contra de esta estafa que hoy mantiene en la presidencia a Juan Orlando Hernández, el títere de los EEUU. Para el CELS, en el caso de Honduras no hay violación a los derechos humanos.
En el “grupo de Lima” está también Colombia. A ver... vamos al sitio web del CELS para ver que hay de Colombia... nada. Sólo refiriéndonos a los últimos meses, es sabido que
el Estado colombiano violó repetidamente el cese del fuego bilateral que se había pactado con el ELN hasta el 9 de enero pasado. Durante esa tregua las fuerzas armadas de Colombia hicieron ataques y movimientos militares, que por supuesto provocaron muertes, aprovechando que el Ejército de Liberación Nacional cumplió su alto el fuego... El CELS... mutis por el foro.
Sabido es que en Colombia el Estado protagoniza un fenómeno denominado “falsos positivos”, que consiste en asesinar a personas del pueblo pobre (campesinos, asalariados, etc.), vestirlas con uniforme de los ejércitos guerrilleros, y hacerlas pasar por bajas en combate. En los últimos años, como resultado de la resistencia popular y del desprestigio político creciente que conllevan semejantes procedimientos homicidas y cobardes, la cantidad de “falsos positivos” (que suman miles) bajó sensiblemente. Ahora, una vez vencido este cese del fuego “bilateral” (y le pongo comillas porque el único que cumplió ese cese fue el ELN), los “falsos positivos” vuelven a aparecer para alimentar la propaganda siempre engañosa de los lacayos en medio de una situación donde los combates con el ELN, por el sabotaje del gobierno, han vuelto a arreciar, y donde, a pesar de la determinación de las FARC-EP (que han entregado las armas y ahora se han convertido en el partido
“Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común”) para cumplir lo pactado con Santos, el Estado colombiano está ultrajando el Acuerdo de La Habana. Este Estado lo hace tanto de manera para-institucional (sicarios, mercenarios, hampa, y personal del mismo Estado, actuando encubiertamente para asesinar líderes populares y ex-combatientes farianos) como institucional (jueces protegiendo a las fuerzas parapoliciales y paramilitares, y legisladores violando, con leyes tramposas, lo pactado por Santos en La Habana). ¿Manifestó algo el CELS respecto de estas “anomalías” institucionales, de una institucionalidad claramente perversa? Nada....
Y si de Colombia se habla, no se puede dejar de destacar cómo, esa institucionalidad perversa del Estado colombiano es la que cobija, por decisión política imperialista, la desestabilización fronteriza contra el gobierno democrático de Venezuela, apelando para ello al sabotaje socioeconómico mediante el contrabando, protegido por el gobierno de Santos, de mercancías de todo tipo, y mediante el accionar de los carteles del narco, para ir corroyendo el tejido social del bolivarianismo y corromperlo a través de la codicia capitalista al por menor y del narco como manera de enviciar a la población y destruir su determinación patriótica. ¿Hay alguna declaración del CELS respecto de esta violación de las normas internacionales, de Colombia contra Venezuela, que ha obligado, en determinado momento, a Maduro a ordenar el cierre de las fronteras para detener esta guerra de zapa, propiciada encubiertamente por el Estado colombiano? Nada...
¿Y sobre los Estados Unidos, país donde se practica de manera rutinaria la pena de muerte (legal en algunos Estados, y extrajudicial en todo EEUU, más específicamente contra la población pobre y negra), país donde es más alto el índice de presidiarios en relación con la población, país donde gobierna el aparato militar-industrial que provoca guerras en todo el mundo, país que protege a todo tipo de estados canallas (como Israel, las monarquías del Golfo Pérsico, y toda dictadura cipaya al servicio del capital financiero anglosionista)... sacó alguna vez algún comunicado el CELS, por lo menos en los últimos tiempos? Nada...
Y así podríamos seguir encontrando, en el accionar del CELS, contradicciones flagrantes, enormes, injustificables. El arte de le mentira consiste no en la mentira grosera, alevosa, fácil de descubrir, sino en la mentira que se expresa alterando la proporción de las cosas, descontextualizando unos hechos, e inventando contextos ficticios para distorsionar la percepción de otros hechos. Gritando por un pelo en la leche, pero guardando silencio ante un camión atmosférico. Así, alterando las proporciones (que es una de las mayores capacidades de la propaganda fascista) se manipula la percepción de las grandes masas, de tal manera de instrumentarlas en las maniobras de dominación imperialistas.
Capaz que es cierto que, como dice el citado comunicado del CELS y otros organismos de “derechos humanos” de otros países, “el decreto del ANC que convoca elecciones antes de abril 2018 además viola directamente el Artículo 298 de la Constitución, que establece claramente que ‘La ley que regule los procesos electorales no podrá modificarse en forma alguna en el lapso comprendido entre el día de la elección y los seis meses inmediatamente anteriores a la misma’”. Sinceramente no sé si eso es así o no (la verdad que no tengo suficiente tiempo para investigar profundamente y así poder rebatir también esto, de manera concluyente). De ser cierto esto que dice el CELS, cosa que dudo, habría un cambio en los plazos, de tres meses.
Pero aun así, si fuera cierto y no una distorsión del CELS, inspirada en su mala fe... ¿qué? La ya demostrada parcialidad del CELS para gritar por un pelo en la leche en Venezuela y guardar silencio sobre las aguas servidas con que el imperio anglosionista infecta todos los días al mundo, es suficiente como para desdeñar todo el comunicado y para concluir en una verdad que es necesario repetir, porque el pueblo argentino debe saber quien responde a quién: el CELS es una organización no gubernamental con suficientes relaciones con la oligarquía plutocrática del Imperio como para actuar como ariete de Trump contra Venezuela.
Parafraseando la finalización del artículo de Rodolfo Walsh sobre la lucha del pueblo palestino: “El objetivo del gobierno chavista es recuperar los recursos de la Patria de que los venezolanos fueron despojados por las corporaciones capitalistas de Occidente. En la más discutible de sus acciones, queda ese resto de legitimidad. Las acciones de los Estados Unidos se proponen dominar los pueblos, condenarlos a la misera, arrebatarles sus recursos, saquear sus riquezas y explotar su fuerza de trabajo. En la más razonable de sus iniciativas, aparece ese pecado original”.
Y si sólo por los fines declamados no alcanza para juzgar un gobierno, entiendo que el gobierno bolivariano y chavista de Venezuela no sólo declama los fines que acabo de describir, sino que lleva a cabo una política de la que es comprobable su coherencia con esos fines. Caso contrario, EEUU no la tomaría como su enemigo.