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miércoles, 2 de mayo de 2018

APROXIMACIONES AL PANORAMA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACIÓN EN CONDICIONES DE DICTADURA IMPERIALISTA

Este artículo lo escribí como aporte para un compañero que tenía que dar un curso. Espero que les guste y les sirva.


El impacto tecnológico y las estructuras orgánicas
El análisis del plano comunicacional dentro de la configuración del Poder en general, nos impone primero analizar la actualidad de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación.
Sabido es que los avances tecnológicos han tenido un fuerte impacto en la definición de los diferentes tipos de sociedades y de modos de producción a lo largo de la Historia. Y a lo largo de la Historia, los ciclos históricos han ido acelerándose conforme la sociedad humana ha incrementado el poder con el que cuenta para transformar la naturaleza y transformarse a si misma. Considerando esto, dada la magnitud de las nuevas tecnologías y de la velocidad del cambio tecnológico, nos encontramos en un momento de fuertes cambios en todo sentido. Pero lo más importante, para quienes la justicia no representa un valor abstracto, es cuáles son los cambios que están ocurriendo en función de ello, no en función solamente de cómo es la sociedad tecnológicamente, sino en función de cómo es la sociedad de justa, de equilibrada, de sana, de socialista.
Entonces ¿Cuál es la particularidad sociológica que posee la tecnología en tanto tal, en sí misma? La de concentrar poder. La tecnología tiene la característica de concentrar poder, ya que justamente lo que permite es incrementar la capacidad de manipulación de la realidad. Esto significa que si su uso es bueno, redunda en bienestar y felicidad para la sociedad, pero si su uso es malo, impacta en mayor destrucción, perfidia y opresión sobre la gran mayoría. Cuando la tecnología está en manos responsables, eso es beneficioso para la Humanidad. Cuando está en manos diabólicas, sujetos históricos perversos y completamente alienados tienen en sus manos un poder notablemente incrementado.
Por lo tanto, no es la tecnología en si misma la que tiene un signo político. Es habitual, cuando no se quiere identificar claramente a los enemigos políticos o de clase, que se atribuya a simples definiciones fenomenológicas responsabilidades políticas que, al referirse sólo al fenómeno, apartidizado, resultan indeterminadas. Entonces frecuentemente leemos “combatir la pobreza”, “enfrentar las consecuencias negativas del desarrollo tecnológico”, etc., etc. Si la tecnología fuera la causa de los males de la sociedad, entonces mejor propongamos que no haya conocimiento científico, que no haya avance tecnológico, que no haya investigación y desarrollo, y así solucionaríamos todos los males. Cuando se habla de “pobreza”, de “tecnología”, sin ninguna identificación de enemigos políticos concretos, lo que se busca es eso: no identificar enemigos, porque no se está dispuesto a enfrentarlos.
Volviendo a las tecnologías de la información, en el mundo capitalista estas tecnologías se utilizan para la acumulación de capital, tanto en lo que es la optimización organizativa de los procesos productivos (incremento de la productividad) como en el mantenimiento de la dictadura política del Capital. Aquí entonces tenemos que, en vez de actuar como libertadoras de la sociedad, actúan como pilares que sostienen y profundizan el totalitarismo del imperialismo.
¿Cómo se estructura concretamente la comunicación social en la sociedad capitalista occidental?
Refiero nada más que a la sociedad capitalista occidental porque es justamente la principal amenaza para la supervivencia de la Humanidad y la principal amenaza para la soberanía e independencia de los pueblos y de todos los países de Nuestra América.
En este campo, existen distintas organizaciones de carácter estatal y de carácter corporativo, que actúan de manera fundamentalmente coordinada. Las organizaciones corporativas son grandes empresas capitalistas cuyo objetivo es el lucro pero, al mismo tiempo, colaboran estrechamente con la organizaciones estatales del Estado imperial, y viceversa.
Podemos citar a Google, Apple, Amazon, Facebook, Microsoft, Oracle, Intel, AMD, ARM, y muchas más que abarcan diversos espacios en internet y en los campos de la producción de hardware y software. Las tomo en su conjunto porque, además de las que operan directamente en el manejo de inmensas bases de datos y en el tráfico de internet, existe una complementación en la definición de los estándares hacia una interdependencia forzosa de determinado hardware y determinado software que justamente tiene por objetivo mantener una posición monopólica de estas corporaciones del capitalismo occidental. Las empresas citadas tienen, en su inmensa mayoría, sede en los EEUU. Hay muchas otras también, enormes, con sede en otros países que son vasallos de los EEUU, como Japón por ejemplo, o Reino Unido, hasta cierto punto Corea del Sur (que ahora está haciendo un viraje hacia Eurasia), etc.


Todas estas empresas tienen como telón de fondo corporaciones financieras que son propietarias de las mismas. Entre esas corporaciones financieras podemos citar los fondos de inversión Black Rock y Vanguard. Es decir que están unidas por distintas vías en el marco de lo que es el capital financiero, y están unidas por distintas vías a lo que son las estructurales estatales del imperialismo. Recordemos que el imperialismo es entendido como la etapa superior del capitalismo, o sea, entre otras caracaterísticas que posee el imperialismo, una de ellas es que se caracteriza por el gobierno del capital financiero.
En el marco de las organizaciones estatales, éstas forman parte del conjunto orgánico que conforma el Estado imperialista. El Estado imperialista es la estructura estrictamente política y militar que actúa como garante del modo de producción en las que las corporaciones prosperan. Son los aparatos de ejercicio de la dominación más puramente tal. Las corporaciones tienen el fin del lucro. Las organizaciones políticas tienen el fin de mantener y defender el “régimen de la propiedad privada”, es decir, el régimen en el cual crecen y se desarrollan las grandes corporaciones capitalistas.
En este punto sobresalen los “cinco ojos”, que es la alianza para “hacer inteligencia” y compartir datos de inteligencia, entre EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelandia. “Cinco ojos” es el nombre vulgar de la UKUSA (United Kingdom-United States Security Agreement), alianza de naciones de habla inglesa formada en 1946, con el propósito de recolectar información de inteligencia, alianza formada por EEUU (Agencia de Seguridad Nacional), Reino Unido (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno), Canadá (Communications Security Establishment), Australia (Defence Signals Directorate); Nueva Zelanda (Government Communications Security Bureau). La red Echelon es una infraestructura mundial de interceptación de señales para obtener datos de inteligencia. Esta red es operada por la UKUSA. Ese es un primer núcleo íntimo, donde el imperialismo anglosionista efectúa inteligencia pero seguramente también elabora estrategias de espionaje y comparte tecnologías.
Un caso especial es el Estado de Israel que, como tal, es uno de los núcleos duros del imperialismo, no tanto como aparato estrictamente militar, sino como facción cohesionada ideológicamente y con medios militares y tecnológicos de importancia. Ante la indeterminación de algunos, comanda la determinación. Sabido es que el sionismo israelí, facción del sionismo más estrictamente relacionada con el Estado de Israel, ha ido ganando poder dentro de la estrutura mundial del imperio anglosionista. El sionismo israelí es la facción más fanática y mesiánica del sionismo, que ya de por sí es la ideología supremacista más refinada y más ajustada a las flexibles necesidades del capital financiero occidental, puesto que es un supremacismo que no está ligado directamente a un tipo biológico-estético (la homogeneidad o heterogeneidad biológica está mucho más allá de los patrones estéticos -exteriores- de los individuos) -aunque hay estereotipos raciales que predominan- sino a una tipología más definida por la “superioridad” como tal, como hecho opresivo que se justifica, después, a partir de mitos creados a tal fin para ello. De todas maneras, el sionismo israelí, y el sionismo en su conjunto, participa, como no puede ser de otra manera, de la decadencia general del imperio anglosionista.
Volviendo a los “cincos ojos”, es éste el nombre vulgar que se le da a un acuerdo muy estrecho entre estructuras de inteligencia. Estas estructuras son estructuras estatales estrechamente relacionadas con el aparato militar. Hay agencias de inteligencia que son directamente parte de las fuerzas armadas, y agencias que dependen directamente del poder político. Pero más allá de estas disquisiciones, lo que quiero destacar es que las estructuras corporativas y estatales enfocadas en el campo de las tecnologías de la información y comunicación, forman un cuerpo orgánico, con contradicciones internas también, si, pero un cuerpo orgánico que ejerce concretamente el poder imperialista sobre las sociedades. Esto que expresaré es quizá de perogrullo, pero poder imperialista porque su fin es el lucro, la acumulación de capital, el saqueo, y para ello, el control totalitario de las sociedades. Entre algunos de los programas concretos de espionaje que, por las filtraciones aportadas a la Humanidad por Edward Snowden, son conocidos por la opinión pública, podemos citar a PRISM, un programa estadounidense que actúa conjuntamente con las empresas como Google, Facebook, Apple, Microsoft, a partir de requerimientos concretos de colaboración con la Agencia de Seguridad Nacional de los EEUU (NSA). Por supuesto que de seguro hay muchos más programas de este tipo, que no se conocen. Cito a PRISM a modo de ejemplo.
Y más allá de lo que son las organizaciones de inteligencia, que están enfocadas más a base de datos e información pura, tenemos también la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, y las estructuras que apuntan al accionar directamente militar en lo que se denomina ciberespecio, que es concebido un nuevo espacio de guerra. Allí tenemos estruturas militares concretas que operan en el plano del dominio y control de las estructuras y flujos de las redes, lo que abarca al hardware y al software.

Producción de la Gran Manipulación
Hemos hecho un recorrido rápido y suscinto sobre algunas de las estructuras “público-privadas” que operan como herramientas imperialistas. Las hemos abordado desde el punto de vista de su capacidad de intervención y de recopilación de datos, que se buscan para luego operar sobre la base de esa información. Lo que no hemos hecho es, entonces, analizar el accionar concreto que se despliega contando con toda esa data. Este accionar se da el plano de la semiótica social, en el plano de las manipulaciones de los flujos comunicacionales, y en el plano de la manipulación de los mensajes en función del tipo de receptores de los mismos.
-Semiótica social: podríamos decir que se trata de la producción de significación, obviamente distorsionada y fraguada, para profundizar el estado de alienación general que es característico de las sociedades distópicas, o más precisamente, de las sociedades capitalistas, de tal manera de que los individuos estén “comprometidos” con la reproducción de su propia dominación. Esto incluye tanto la propaganda política (de guerra) que alimenta constantemente a los medios de la prensa prostituta (la “presstitute”, al decir de Paul Craig Roberts) como la publicidad que se vierte constantemente como parte intrínseca de lo que es la “sociedad de consumo”, la sociedad consumista, pletórica de necesidades artificiosas, víctima de la manipulación para generar lo que podríamos denominar como “homo consumus”, aquél adicto al consumo, autómata codicioso de bienes de todo tipo, drogadicto de todo tipo de necesidades estrictamente egoístas en tanto que su personalidad sólo se satisface por el acto de adquirir productos, y de consumir necesidades creadas por los aparatos de publicidad que invaden, día a día, nuestro territorio perceptivo.
La “presstitute” está compuesta por lo medios de comunicación de la “gran prensa”, desde la CNN, la BBC, Al-Jazzera, etc., hasta el New York Times, el Washington Post, etc., etc. Cada región tiene su sucursal repetidora de las pautas emitidas por las usinas ideológicas, que generan “fake news” (noticias falsas) y generan orientaciones generales para manipular a las masas del mundo. En Argentina, el Grupo Clarín y el pool La Nación serían dos ejemplos para citar. En Brasil la red O Globo… y así en cada país del capitalismo occidental tenemos una sucursal, que es una corporación, estrictamente ligada a los aparatos de inteligencia de las principales potencias imperiales, a las usinas ideológicas de estos aparatos. Como los más recientes resonantes casos de manipulación alevosa se pueden citar el pseudo-envenenamiento de los Skripal en Gran Bretaña, orquestación de los servicios secretos británicos, y el falso ataque químico en Duma, también una orquestación de los servicios secretos británicos (como curiosidad, justamente ayer, 26 de abril, la OPAQ -Organización para la Prohibición de las Armas Químicas- determinó que no hay evidencias de tal ataque químico).
El periodista Thierry Meyssan, a través de su sitio Red Voltaire, es uno de las más esclarecedores respecto del desenmascaramiento de las estructuras de generación de propaganda de guerra, y del verdadero inmenso impacto de la propaganda de guerra sobre las sociedades. Los estados imperialistas tienen verdaderas usinas ideológicas, organizaciones de invención de contenido (falso) para construir una realidad virtual en la mente de las masas alienadas. Estas organizaciones de invención de contenido bien pueden ser agencias de relaciones públicas como Hill & Knowlton, que escenificó la comparecencia de la supuesta enfermera que narró el relato (falso y guionado) sobre haber presenciado cómo soldados iraquíes robaban las incubadoras de un hospital materno en Kuwait, provocando la muerte de 312 neonatos que estaban en las mismas, operación de propaganda destinada a justificar la guerra contra Irak encabezada por George Bush padre, en 1990; u organizaciones estatales como el secreto “Buró de Propaganda de Guerra”, creado en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, dentro del ministerio de relaciones exteriores del Reino Unido de Gran Bretaña (actualmente esa función la cumple la “Unidad de Investigación de Información y Comunicaciones”), que además de producir directamente contenidos, dirigía el conjunto de la estrategia de propaganda de guerra; o como el “Comité de Información Pública” creado en 1917 en los EEUU, con las mismas funciones.
Y ya para poder construir la materia prima real para alimentar las operaciones de acción sicológica y propaganda de guerra, es necesario el concurso de organizaciones militares de operaciones encubiertas, que son las que hacen las acciones de falsa bandera para ello. Los casos son casi infinitos: el más espectacular, el derribo de las Torres Gemelas y del WTC 7 (con aprox. tres mil asesinados y más de 6 mil heridos), todos mediante una demolición controlada (el impacto de los aviones tuvo un fin estrictamente coreagráfico), operación dirigida por el Estado profundo anglosionista, en 2001; el atentado de la estación de ferrocarril de Bolonia, en Italia (2 de agosto de 1980, 85 personas asesinadas, y más de 200 heridas), realizado por una unidad de la red Gladio de la OTAN; el derribo del avión de pasajeros del vuelo MH17 de Malaysia Airlines (murieron todos las 298 personas que viajaban en él), atentado ejecutado por los ucronazis, en 2014; en Argentina los atentados a la embajada de Israel y a la DAIA-AMIA, operaciones organizadas por el Mossad (en conjunto ocasionaron más de 100 asesinados y más de medio millar de heridos) e la década de los 90, por citar sólo algunas, pero si hacemos un inventario nos encontraremos con cientos de estas acciones que constituyen un “modus operandi” propio de la doctrina de los opresores imperialistas. En el caso de las Torres Gemelas el objetivo fue culpar a ese nuevo enemigo, “el terrorismo internacional”, a los talibanes de Afganistán, y a “Al-Qaeda” como organización mundial que puede estar “en cualquier parte”, “en todas partes”. En el caso del atentado de la estación de trenes de Bolonia, el objetivo era culpar al comunismo, en especial a las Brigadas Rojas. En el caso del derribo del avión de pasajeros del vuelo MH17, culpar a Rusia y a los independentistas de la región del Donbás. En el caso de los atentados en Argentina, el objetivo era culpar a Hezbolá, Irán, Siria, o cualquier objetivo político que les conviniera a los sionistas, y lograr así justificar un trato especialmente deferente del Estado argentino hacia ellos, maniobra que tuvo el fin de infiltrar y colonizar tal Estado.
Entonces, en contra de las apariencias, lo que hay no es un libre albedrío, con “libertad de prensa” y debate honesto, sino una orquestación general de todos los contenidos que las masas consumen habitualmente, para lograr una gran distorsión en la semiótica general, abarcando todos los valores, todo lo ideológico.
-Manipulación de los flujos comunicacionales: esto es operar sutilmente sobre el flujo del tráfico de las comunicaciones y sobre las búsquedas en los motores de búsqueda estilo Google, de tal manera de moldear y manipular las percepciones y la circulación y acceso a la información y el conocimiento. Concretamente, por ejemplo, en el caso de los motores de búsqueda, aplicando algoritmos específicos para provocar resultados de contenidos, censurados por un lado, y promovidos por otro. También se pueden manipular los indicadores de popularidad. La popularidad es un elemento de legitimación. Si un determinado contenido de contrainformación tiene mucha popularidad esto es una demostración de legitimidad, que actúa potenciando tal contenido. Si se manipulan estos indicadores, el mensaje es “a estos no los apoya nadie”, o “tienen poco apoyo”. Eso se ve muy claramente en Youtube, donde determinados contenidos antisistema seguramente son muy populares pero Youtube hace que se registren como con poca audiencia.
-Manipulación con alto grado de especificidad: aquí tenemos una complementación muy estrecha entre plataformas de relacionamiento social como Facebook -que es un espacio de realidad virtual ofrecido como territorio para la vida social, de tal manera que sus poseedores tienen en sus manos las relaciones humanas, sociales, de cada individuo en particular y de la sociedad incluída en dicho territorio- y empresas como Cambridge Analytica, que operaron sobre la base de la información facilitada por Facebook (Facebook dice que “fue sin querer”... Obviamente eso es mentira, es sólo una explicación hacia la opinión pública de acciones absolutamente premeditadas y planificadas así, ya desde la concepción misma de estas plataformas). Es así entonces que C.A. pudo construir, de manera automatizada -bajo la conducción de un calificado equipo de cientíticos sociales- mensajes de manera específica en función de perfiles de personalidad elaborados por estos científicos a partir del “big data” recolectado por Facebook (me refiero a la empresa) con sus múltiples plataformas de redes sociales. Es así como, de un determinado tema o punto reivindicativo de una plataforma electoral, se elaboran mensajes diferentes según cuál sea el perfil de personalidad al que haya que cooptar para las elecciones.

Conclusión
Podríase continuar profundizado y abundando en las características de cada uno de los componentes de este Gran Hermano que hoy, en el mundo capitalista, efectivamente existe a través de las tecnologías de la comunicación y la información. Si estas tecnologías fueran usadas de manera responsable, en una sociedad sin grandes injusticias, estaríamos ante otra herramienta de liberación del Hombre. En manos de los opresores, de los capitalistas, éstas son herramientas para la manipulación de las masas, para el conocimento íntimo de su naturaleza y para moldear la misma, a su vez.
Resolver a favor de las masas esta situación no está separado de la lucha integral por el Poder, donde sigue vigente la cuestión de la propiedad de estos medios de producción, en este caso medios de comunicación e infraestructuras que hacen posible esa comunicatividad. Las guerras de 4ta. generación justamente son el resultado del cambio de la naturaleza de las guerras al compás de los últimos cambios tecnológicos, dentro de los cuales descollan las tecnologías de la comunicación y la información.
Mal se puede elaborar una estrategia de emancipación política sin comprender las contradicciones de clase de la sociedad contemporánea, y mal se puede vencer sin especificar claramente quienes constituyen el enemigo político, histórico y social concreto. La victoria en el plano de los medios de comunicación y del manejo de la información no estará escindida de la victoria en los demás planos de la guerra de clases.
Como decía al principio, el problema no son las tecnologías, sino las clases capitalistas y a partir de qué relaciones sociales se desenvuelve la sociedad, a partir de qué relaciones sociales ésta se reproduce en su modo de existir.
Ya será cuestión de la estrategia política concreta, de actores políticos concretos, el determinar cómo se aprovecha para la liberación social la tecnología existente. Pero eso implica una estrategia más amplia que la sola estrategia de la contrainformación. Implica una estrategia integral donde lo que se juega en el campo de las tecnologías de la información y comunicación contituye uno de los campos fundamentales y de los más importantes, pero no el todo.
La cuestión estratégica no se puede resolver sin atender a la propiedad de los medios de comunicación e información. En Cuba son básicamente del Estado, y está bien que así sean. En los lugares donde está en manos privadas, la lucha debe ser por la estatización de los mismos y por la garantía de que las tecnologías de la información y comunición sean utilizadas para profundizar la democracia popular en vez que como medios del totalitarismo imperialista.

Leonardo Del Grosso

UNA CONVERSACIÓN SOBRE LA RAZA

por Paul Craig Roberts. En Instituto para la Economía Política. En Comunidad Saker Latinoamérica. Traducción de Leonardo Del Grosso

 

(Nota del Editor; Leonardo Del Grosso) Simplemente comentar ¡que cosa curiosa! que un intelectual como Paul Craig Roberts, que no se define marxista pero que tiene valentía política, venga a poner los puntos sobre las íes en lo que respecta a la degeneración -intencional- del marxismo, su bastardeo y su utilización en beneficio de las división de los pueblos, entre sí y dentro de si mismos.
En este artículo, además, se hace alusión al Klu Klux Klan, contando una versión diferente que la predominante sobre su surgimiento (préstese atención que el surgimiento es un momento diferente de lo que puede ser su posterior evolución). Seguramente, los inquisidores anglosionistas estarán afilando sus hoces para salir disparados a acusarme a mi, o a quienes hacemos y publicamos esta traducción, de todas las palabras del diccionario vigilante de la Iglesia del Capital Financiero, y reproducidas por todos los corifeos a sueldo. Una socia de la prensa prostituta (“presstitute”) es indudablemente la academia prostituta, ese mundo de mentirosos pagos que corrompen la Historia, la verdadera Historia, para beneficio de las élites mercantiles. Todo se puede comprar y vender… también el relato del pasado. Los que han reptado tanto para acomodarse, por revelar verdades herejes no pondrán en riesgo su cómodo refugio en la burocracia universitaria o en el “mainstream”. Sinceramente, en lo personal, me resulta esclarecedor lo que escribe Paul Craig Roberts, aunque yo no me defina como de su mismo palo, y tenga referenciados a Marx y Lenin como a dos super-superlativos intelectuales humanistas y revolucionarios.
La valentía intelectual de P. C. Roberts nos remite a la de Carlos Marx que, nacido en el seno de una familia de prósperos judíos, sin embargo pudo escribir su trabajo “Sobre ‘La cuestión judía'”, donde hace un análisis absolutamente desprejuiciado, científico, del tema, justamente polemizando con Bruno Bauer, el autor del libro “La cuestión judía”, un Bauer que, además, había sido su profesor.

 


ACTUALIZACIÓN: los lectores han identificado la película cuyo enlace estaba roto. Es “Unconquered”(Insumiso, Rebelde) de Cecil B. DeMille, protagonizada por Gary Cooper y Paulette Goddard. Aquí está la escena de la sentencia sobre la esclavitud: https://www.bing.com/videos/search?q=you+tubethe+movie+%22Unconquered%22+with+Gary+Cooper&view=detail&mid=A160BA8BAB4735DE134CA160BA8BAB4735DE134C&FORM=VIRE
ACTUALIZACIÓN: el link hacia la película en esta columna estaba operativo cuando publiqué la columna, pero ha dejado de funcionar desde que la posteé. La película comienza con la actriz protagonista, una hermosa pelirroja, siendo sentenciada a la horca en una corte inglesa en el siglo XVIII. Una patrulla de vigilancia del rey se había apoderado de su hermano. En una pelea que se sucedió, un oficial real junto con el hermano fueron asesinados. Como ella estaba presente y aparentemente participó de la pelea, la sentencian a muerte en la horca. Ella protesta y el juez dice que está en su poder el sentenciarla a que sea vendida como esclava en las colonias. Si esos lectores que abrieron el artículo inmediatamente cuando se publicó y tal vez hicieron clic en el enlace a la película, recuerden el nombre de la película y/o los nombres de los protagonistas femeninos y masculinos envíen un correo electrónico a este sitio web, para que yo probablemente ubique la película.

Mientras tanto, otra película sobre blancos ingleses vendidos como esclavos es Capitán Blood, protagonizada por Errol Flynn y Olivia de Havilland, que se hizo en 1935. En la Inglaterra del siglo XVII, el médico irlandés Peter Blood (Errol Flynn) es convocado para ayudar Lord Gildoy, un patrón herido que participó en la Rebelión de Monmouth. Detenido mientras realizaba sus deberes como médico, es condenado por traición contra el Rey Juan II y sentenciado a muerte por el infame juez Jeffreys. Por el capricho del rey, que ve una oportunidad de obtener ganancias, Blood y los rebeldes sobrevivientes son transportados a las Indias Occidentales para ser vendidos como esclavos. Puede leer una sinopsis de la película en Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Captain_Blood_(1935_film)

Una conversación sobre la raza

Paul Craig Roberts

A menudo escuchamos que necesitamos una conversación sobre raza. Teniendo en cuenta que los estadounidenses son personas con lavado de cerebro que viven en una historia falsa, tal conversación se parecería a la que se esperaría que los rusos tuvieran con los británicos respecto del envenenamiento Skripal: “Sí, somos culpables. Pagaremos reparaciones. ¿En dónde le gustaría que enviemos a Putin para un juicio?”. En otras palabras, la única conversación aceptable en Estados Unidos es aquella en la que los blancos aceptan la acusación de que son racistas y ofrecen una reparación.
Considerando que la única esclavitud experimentada por cualquier persona viviente negra o blanca es la esclavitud del impuesto a la renta, la raza es un problema sólo porque ha sido orquestado como un problema junto con el género y la preferencia sexual. Estos temas divisivos son los productos de las Políticas de Identidad engendradas por el marxismo cultural.
En el marxismo real, conflicto es conflicto de clase. Los trabajadores y los capitalistas tienen intereses diferentes, y la historia es una lucha entre intereses materiales. El capitalista es el villano y los trabajadores son las víctimas.
En el pseudo-marxismo de las Políticas de Identidad, la raza blanca es el villano, especialmente el blanco heterosexual masculino, y las minorías raciales, las mujeres y los homosexuales, son las víctimas.
No hay, por supuesto, algo así como una raza blanca o negra. Hay muchas nacionalidades diferentes de blancos, y han hecho un buen trabajo, a lo largo de la historia, de matarse unos a otros. Del mismo modo, hay muchas tribus negras diferentes y etnias asiáticas que también han peleado más entre sí mismos que con otros. Pero todo esto queda en el camino, junto con el hecho de que en el mundo las “minorías raciales” son en realidad mayorías y la “mayoría blanca” es en realidad una minoría. Hay más chinos o indios, tomados por separado, que personas blancas.
Pero las historias orquestadas no están basadas en hechos.
La clase trabajadora, designada por Hillary Clinton como “los deplorables de Trump”, es ahora el victimario, no la víctima. El marxismo se ha colocado patas para arriba.
La clase dominante estadounidense ama las Políticas de Identidad porque las Políticas de Identidad dividen a la gente en grupos hostiles y evitan cualquier resistencia a la elite gobernante. Con los negros gritando a los blancos, las mujeres gritando a los hombres y los homosexuales gritando a los heterosexuales, no queda nadie para gritar a los gobernantes.
La elite gobernante favorece una “conversación sobre la raza”, porque la elite gobernante sabe que solo puede dar como resultado acusaciones que dividirán aún más a la sociedad. En consecuencia, la elite gobernante ha financiado la “historia negra”, los “estudios de la mujer” y los “diálogos transgénero” en las universidades como una forma de institucionalizar la división que los protege. Estos “estudios” han reemplazado la historia real con historia falsa (“fake history”).
Por ejemplo, una vez se supo universalmente que la esclavitud negra se originó en guerras de esclavos entre tribus africanas negras. Los esclavos eran un símbolo de estatus, pero se acumulaban más allá de la capacidad de las tribus para sustentarlos. El excedente se exportó primero a los árabes y luego a los ingleses, españoles y franceses que fundaron colonias en el nuevo mundo, que tenía recursos naturales pero no fuerza de trabajo. El erudito socialista Karl Polanyi, hermano de mi profesor de Oxford, Michael Polanyi, contó la historia del origen de la trata de esclavos africanos en su famoso libro “Dahomey and the Slave Trade” (Dahomey y el comercio de esclavos).
Los primeros esclavos en el nuevo mundo eran blancos. Cuando la historia real fue enseñada, esto fue ampliamente entendido. Incluso se hicieron películas que mostraban que en la Inglaterra del rey Jorge III, la alternativa al castigo criminal era ser vendido como esclavo en las colonias. Consulte, por ejemplo: https://www.bing.com/videos/search?q=you+tubethe+movie+%22Unconquered%22+with+Gary+Cooper&view=detail&mid=A160BA8BAB4735DE134CA160BA8BAB4735DE134C&FORM=VIRE
Entre las primeras tierras del Nuevo Mundo que explotaron los europeos se encontraban las islas del Caribe, que eran aptas para la producción de azúcar y arroz. El problema era que los esclavos blancos morían como moscas de la malaria y la fiebre amarilla. La falta de éxito de los españoles con una fuerza de trabajo de nativos de las tierras que conquistaron los llevó a buscar una fuerza de trabajo del negocio de exportación de esclavos del negro Reino de Dahomey. La demanda de trabajadores negros aumentó considerablemente cuando se descubrió que muchos tenían inmunidad contra la malaria y resistencia a la fiebre amarilla. Esto significaba que la inversión de una plantación en una fuerza de trabajo no era aniquilada por la enfermedad.
La resistencia de los negros a la malaria se debe a la característica protectora del rasgo de célular falciforme que, aparentemente, sólo tienen los negros. Ver: https://www.cdc.gov/malaria/about/biology/sickle_cell.html
La esclavitud existió en el Nuevo Mundo mucho antes de que los Estados Unidos nacieran. George Washington y Thomas Jefferson hoy son calificados por las Políticas de Identidad como racistas simplemente porque nacieron cuando la esclavitud era una institución preexistente.
La esclavitud había existido durante muchos siglos antes de la Confederación. Sin embargo, en algunos relatos hoy en día uno sale con la impresión de que el Sur inventó la esclavitud. Como a veces se dice, los racistas sureños odiaban tanto a los negros que iban a África, capturaban negros con un gran gasto, sólo para traelos de vuelta al Sur donde azotaban y maltrataban sus inversiones hasta el punto de matar y desmoralizar a su fuerza de trabajo rompiendo familias negras, vendiendo niños en una dirección y esposas y esposos en la otra. Este relato no se cuenta como un abuso ocasional sino como la práctica general. Económicamente, por supuesto, no tiene ningún sentido. Pero los hechos ya no forman parte de la Historia Estadounidense.
Los estados del Norte también tenían esclavos. Sin embargo, el predominio de esclavos estaba en el Sur. Esto no fue porque los sureños odiaban a los negros. Fue porque la tierra en el Sur sostenía grandes cultivos agrícolas, y no había otra fuerza de trabajo. El Sur, como los Estados Unidos, heredó la esclavitud de la fuerza de trabajo que los colonos europeos compraron al negro Reino de Dahomey.
¿Por qué no había una fuerza de trabajo alternativa a los esclavos? La razón es que los nuevos inmigrantes al mudarse al Oeste podrían tomar tierras de los nativos americanos y ser independientes en lugar de ser asalariados que trabajan en la tierra de otra persona. La frontera occidental no se cerró hasta alrededor de 1900. En el momento de la Guerra de Agresión del Norte, los indígenas de las llanuras todavía gobernaban al oeste del río Mississippi. Fueron los criminales de guerra de Lincoln, del Norte, Sherman y Sheridan, quienes fueron enviados a exterminar a los indios de las llanuras. Pregunte a los nativos americanos, o lo que queda de ellos, quiénes son los racistas: si los norteños o los sureños.
Los estudios sobre negros incluso han corrompido otros aspectos de la historia. Considere la así llamada “guerra civil”. El nombre, en sí mismo, es una orquestación. No hubo guerra civil. Hubo una Guerra de Agresión del Norte. Una guerra civil es cuando dos lados luchan por el control del gobierno. El Sur había abandonado la Unión y no tenía ningún interés en controlar el gobierno en Washington. La única razón por la que el Sur luchó fue porque el Sur fue invadido por el Norte.
¿Por qué el Norte invadió el Sur? Como alguna vez entendieron todos los historiadores y todos los estudiantes, Abraham Lincoln invadió el Sur, en las propias palabras de Lincoln, expresadas una y otra vez, “para preservar la Unión”.
¿Por qué el Sur abandonó la Unión? Porque estaba siendo explotado económicamente por el Norte que, una vez que el Norte ganó la capacidad de superar a los estados del Sur, impuso aranceles que beneficiaban al Norte a expensas del Sur. El Norte necesitaba protección contra las manufacturas británicas para el crecimiento económico del Norte. En contraste, la economía del Sur se basaba en las exportaciones de algodón a Inglaterra y en las manufacturas baratas importadas de Inglaterra. Los aranceles elevarían al Sur el costo de los productos manufacturados y represalias contra sus exportaciones de algodón. Los intereses económicos del Norte y del Sur no coincidieron.
La esclavitud no tenía nada que ver con la guerra. El mismo Lincoln lo dijo una y otra vez. Antes de su invasión del Sur, Lincoln y el Congreso del Norte prometieron para siempre la protección de la esclavitud de la Constitución del Sur en tanto los estados sureños se quedaran en la Unión. Los historiadores que han leído y registrado la correspondencia de guerra de los soldados de la Unión y la Confederación con sus familiares y amigos en casa no pueden encontrar a nadie peleando a favor o en contra de la esclavitud. Las tropas del Norte están luchando para preservar la Unión. Las del Sur están luchando porque son invadidos.
Nada podría ser más claro. Sin embargo, se ha establecido el mito de que Abraham Lincoln fue a la guerra para liberar a los esclavos. De hecho, Lincoln dijo que los negros no eran capaces de vivir con los blancos, dijo que éstos últimos eran superiores, y que su intención era enviar a los negros de regreso a África. Si Estados Unidos alguna vez tuvo un “supremacista blanco”, este fue Abraham Lincoln.
¿Qué pasa con la Proclamación de Emancipación? ¿Esta orden de Lincoln no liberó a los negros? No. Fue una medida de guerra para la que se depositaron esperanzas de que, como casi todos los hombres sureños sanos estaban en la línea del frente, los esclavos se rebelarían y violarían a las esposas e hijas de los soldados del sur, lo que obligaría a los soldados a abandonar el ejército y regresar a casa para proteger a sus familias. Como dijo el propio Secretario de Estado de Lincoln, el presidente ha liberado a los esclavos en los territorios que la Unión no controla y los ha dejado en la esclavitud en el territorio que la Unión controla.
¿Por qué Lincoln recurrió a una estrategia tan deshonrosa? La razón es que Lincoln había pasado por todos los generales de la Unión y no pudo encontrar uno que pudiera derrotar al enormemente superado en número Ejército de Virginia del Norte de Robert E. Lee.
El carácter y el liderazgo de Robert E. Lee, quien es descartado por las Políticas de Identidad como un racista blanco, es tan admirado por el Ejército de los Estados Unidos que los cuarteles en West Point se denominan en honor a Lee. Ni siquiera el “primer presidente negro de Estados Unidos” pudo cambiar eso. La historia negra también oculta el hecho de que se le ofreció a Robert E. Lee el mando del Ejército de la Unión. En aquellos días, los estadounidenses todavía se veían a sí mismos como ciudadanos de su Estado, no como ciudadanos de los EEUU. Lee rechazó el ofrecimiento con el argumento de que no podía ir a la guerra contra su país natal, Virginia, y renunció a su remuneración del Ejército de EEUU.
Si Lee hubiera estado al mando de la Confederación en la Primera Batalla de Corrida de Toros, cuando el Ejército de la Unión se quebró y corrió todo el camino de vuelta a Washington, Lee los habría perseguido y la guerra habría terminado con la victoria del Sur.
Pero Lee no estaba allí. En cambio, los generales del Sur concluyeron, mirando al Ejército de la Unión que huía, que los norteños no podían luchar, retirarse en orden o montar a caballo, y que no representaban ninguna amenaza. Esta conclusión pasó por alto la superior mano de obra del Norte, la afluencia constante de inmigrantes irlandeses que se convirtieron en carne de cañón de la Unión, la capacidad manufacturera del Norte y la Marina, que podría bloquear los puertos del Sur y privar al Sur de los recursos.
Durante los dos primeros años de la Guerra de la Agresión del Norte, el Ejército de la Unión nunca ganó una batalla contra el ejército de Lee, superado holgadamente en poder de fuego. El Norte tenía todo. Todo lo que el Sur tuvo fue valor. Lincoln estaba desesperado. La oposición a su guerra crecía en el Norte. Tuvo que encarcelar a 300 editores de periódicos del Norte, exiliar a un congresista de los EEUU, y enfrentarse, en las elecciones que iban a realizarse, con el general más famoso del Norte con una plataforma de paz. Por eso el vano intento de Lincoln de provocar una rebelión de esclavos en el Sur. ¿Por qué no se rebelaron esos esclavos supuestamente tratados y oprimidos de manera horrible cuando no había nadie para evitarlo sino las mujeres y los niños?
Todo lo que he escrito en esta columna fue alguna vez comprendido por todos. Pero todo ha sido borrado y reemplazado con una historia falsa que sirve a la elite gobernante. No es solo la élite gobernante la que tiene un interés personal en la falsa historia del “racismo blanco”, sino también las universidades y departamentos de Historia en los que se institucionaliza la falsa Historia y los fundamentos que han financiado la historia negra, los estudios sobre la mujer y los diálogos transgénero.
Fue la Reconstrucción la que arruinó las relaciones entre negros y blancos en el Sur. El Norte atiborró hasta la garganta de negros al derrotado Sur. Los negros fueron puestos a cargo de los gobiernos del Sur con el fin de proteger a los empacadores de alfombras del Norte que saquearon y robaron desde el Sur. El ejército de la Unión, de ocupación, alentó a los negros a abusar de la gente del Sur, especialmente las mujeres, al igual que los soldados de la Unión. El Klu Klux Klan emergió como una fuerza guerrillera para detener las depredaciones. El mismo Robert E. Lee dijo que si se hubiera dado cuenta de cuán rapaz sería el Norte, habría liderado una resistencia guerrillera.
Las generaciones de estadounidenses que han sido propagandizados en vez de educados necesitan entender que la Reconstrucción no significó la reconstrucción de la infraestructura, ciudades y pueblos del Sur destruidos por los ejércitos de la Unión. No significaba reconstruir la producción de alimentos del Sur. Significó reconstruir la sociedad y la gobernanza del Sur. Los negros, que no estaban preparados para la tarea, tenían el control de los gobiernos para que los maleantes pudieran saquear y robar. Los blancos perdieron la franquicia y la protección de la ley ya que sus propiedades fueron robadas. Algunas áreas sufrieron más que otras por las prácticas de Reconstrucción, que a menudo diferían, y eran peores, que sus mismas políticas.
La reconstrucción fue un tema polémico incluso dentro del Partido Republicano. Ni el presidente Lincoln ni Johnson estarían de acuerdo con los elementos republicanos más extremos. El extremismo de las políticas de Reconstrucción perdió apoyo entre la gente del Norte. Cuando los demócratas recuperaron el control de la Cámara de Representantes en la década de 1870, la Reconstrucción llegó a su fin.
En el Sur, y sin duda en Atlanta, donde crecí, las escuelas eran escuelas de barrio. Estábamos segregados por clase económica. Fui a la escuela con niños de clase media de mi barrio de clase media. No fui a la escuela con niños ricos o con niños pobres. Esta segregación no fue racial.
Cuando el Norte volvió a subirse al caballo de su alta moral e impuso la integración escolar en el Sur, interrumpió el sistema escolar de barrio. Ahora los niños pasan horas viajando en autobuses escolares a lugares distantes. Esto destruyó las asociaciones de padres y maestros, que mantuvieron la participación de los padres y la disciplina en las escuelas. El Sur, al ser un pueblo de sentido común, vio venir todo esto. El Sur también vio la Reconstrucción de nuevo. Eso, y no el odio a los negros, es la razón de la resistencia del Sur a la integración escolar.
Todo Estados Unidos, de hecho todo el Occidente, vive en The Matrix, una realidad inventada, a excepción de mis lectores y los lectores de un puñado de otros que no pueden ser corrompidos. Los pueblos occidentales están tan propagandizados, tan lavados de cerebro, que no comprenden que su desunión fue creada para hacerlos impotentes frente a una clase dominante rapaz, una clase cuya arrogancia y afán de poder tiene al mundo al borde del Armagedón nuclear.
La historia tal como sucedió realmente está desapareciendo, ya que aquellos que dicen la verdad son descartados como misóginos, racistas, homófobos, agentes de Putin, simpatizantes del terrorismo, antisemitas y teóricos de la conspiración. Los liberales que se quejaban poderosamente del macartismo ahora lo practican multiplicado por diez.
El lavado de cerebro sobre las amenazas rusas y musulmanas funciona por una serie de razones. Los superpatriotas entre los deplorables de Trump sienten que su patriotismo les exige creer las acusaciones contra Rusia, Siria, Irán y China. Los estadounidenses empleados en el vasto complejo militar/de seguridad entienden que el presupuesto que financia el complejo en el que tienen sus carreras está en juego. Aquellos que quieren un muro para mantener lejos a los extranjeros van de la mano con la demonización de los musulmanes como terroristas que tienen que ser asesinados “allá antes que lleguen aquí”. Los demócratas quieren una excusa por haber perdido las elecciones presidenciales. Y así. Las agendas de varios elementos de la sociedad se unen para apoyar la propaganda oficial.
Los Estados Unidos, con su población incompetente y de cerebro lavado -de hecho, la totalidad de las poblaciones occidentales son incompetentes- y con su ausencia de liderazgo inteligente, no tienen ninguna posibilidad contra Rusia y China, dos países masivos que surgen de su derrocamiento de estados policiales mientras Occidente desciende en un Estado Gestapo. Occidente está terminado y finiquitado. No queda nada de Occidente sino las mentiras utilizadas para controlar a la gente. Toda la esperanza está en otra parte.