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miércoles, 4 de noviembre de 2015

VOTAR A SCIOLI CONTRA EL GOLPE CONTINENTAL

Macri es clave en el desarrollo del golpe continental del imperialismo

 

En la Argentina hay una importante polémica en torno al balotaje del 22 de Noviembre próximo donde se elegirá presidente. La izquierda trotzquista llama a votar en blanco porque dice que ambos candidatos, Scioli y Macri, en definitiva son lo mismo. Ambos son parte de las clases adineradas, y su programa no es la Dictadura del Proletariado. En este sentido, podríamos decir que ambos “son lo mismo”. Pero si analizamos el conjunto, si vemos cuáles son las fuerzas políticas y sociales que sostienen a cada uno de ellos y lo que representan, si analizamos la situación política internacional y las alianzas de los diferentes países, indudablemente que Scioli y Macri expresan cosas muy diferentes.
En este sentido resulta esclarecedor leer la opinión y los cálculos de Andrés Oppenheimer en el diario La Nación de Argentina, en su artículo del 3 de noviembre titulado “¿Un nuevo día en América latina?”. Este periodista sionista nacido en argentina, residente en Miami, editor para América Latina y columnista de The Miami Herald, analista político de CNN en Español y conductor del programa de televisión “Oppenheimer Presenta” en esa misma señal, ya se relame con la posibilidad, que él ubica en el 50%, de que Macri venza en el balotaje. A partir de ese eventualidad desarrolla toda una serie de consecuencias encadenadas que constituye una clara descripción de los planes imperialistas partiendo, obviamente, de premisas propagandistas que son objetivamente falsas pero que los lectores deprevenidos pueden tomar como válidas y reproducir imprudentemente.
Hay que aclarar que esta descripción se limita sólo a la superficie política pero, dando por sabido que, como parte del plan integral, obviamente la CIA y el Pentágono despliegan un abanico de operaciones sucias (tanto las “blackops” como sus consecuentes ondas expansivas mediáticas -ambas son las caras de una misma moneda-), ella nos brinda un panorama bastante nítido.
Sintetizando, la simplificante secuencia cronológica que expresa Oppenheimer es la siguiente: victoria de Macri – tranformación de Macri en “importante figura regional” - avalancha de inversiones extranjeras a Argentina – aumento de la experanza de Argentina de salir del “estancamiento económico” – exigencia de Macri de “cláusulas democráticas” del Mercosur a Venezuela – fiscales brasileños redoblan esfuerzos para vincular a Rousseff con corrupción en Petrobrás – juicio político a Rousseff – sucesión constitucional o elecciones anticipadas en Brasil – alejamiento brasileño de Venezuela y de sus aliados “izquierdistas” -  Maduro privado “del apoyo de los mayores países de la región si decidiera hacer un fraude electoral” en los comicios legislativos del 6 de diciembre próximo (porque, según Oppenheimer, en “una elección limpia” casi da por hecho que Maduro sería derrotado) – Chile y Colombia demorarán reunión de Unasur (que Venezuela pediría para defenderse de las acusaciones imperiales de fraude) hasta después del 10 de diciembre, para esperar a que ya no esté Cristina Kirchner como presidenta de Argentina – Argentina y Brasil no apoyan firmemente, o directamente no apoyan, reclamos venezolanos – convocatoria a la OEA para que ésta invoque su Carta Democrática y, aduciendo fraude, abogue “por la defensa colectiva de la democracia en la región”.
Corolario para Venezuela: desestabilización militar (combinando diferentes formas de lucha violentas) propiciada y conducida por el Comando Sur de los Estados Unidos, para derrocar al gobierno de Maduro, porque hay que defender la democracia del “fraude” electoral de los bolivarianos. Para más información, brindo estos enlaces: entrevista con el general John Kelly, en la CNN en Español; Fuerzas armadas venezolanas condenan declaraciones de John Kelly; la derecha está avalando que EE.UU invada a Venezuela.

conferencia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

Este es el párrafo que Oppenheimer pone a continuación de la narración de la secuencia que acabo de describir: “Diego R. Guelar, secretario de relaciones internacionales del partido de Macri, me dijo que un gobierno de Macri no validaría una elección fraudulenta en Venezuela. Además, buscaría  inmediatamente aliarse con Brasil para negociar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y con el bloque de la Alianza del Pacífico, formado por México, Colombia, Perú y Chile”.

Mala fe de imperialistas y cipayos
Desgraciadamente, no son pocos los que creen que las mentiras de Oppenheimer son verdades. Con sólo analizar detenidamente su artículo se puede ir desmintiéndolo.
Dice Oppenheimer: “sin un apoyo incondicional de la Argentina y Brasil -cuyo tribunal electoral ya ha anunciado que no enviará observadores electorales a Venezuela por las dudas que existen sobre el proceso electoral de ese país-, el gobierno de Venezuela se vería en serias dificultades para continuar por la senda autoritaria”.
Pregunto: ¿Por qué habla de “senda autoritaria” si el gobierno bolivariano ,desde Chávez para acá, ha sido el gobierno que más ha convocado a su pueblo a pronunciarse a través del voto y, mediante él, ha sido revalidado una y otra vez? ¿Será porque Venezuela cerró parte de la frontera con Colombia para evitar el narcotráfico, el contrabando y el paramilitarismo?
Colombia, país vasallo de los Estados Unidos, es el reino de la violencia, el narcotráfico, el paramilitarismo (ese que masacra a las poblaciones campesinas), los desplazados (más de cinco millones de colombianos recibieron ciudadanía y derechos en la Venezuela Bolivariana), la guerra civil... Sorprendentemente, para Oppenheimer Colombia  no anda por la “senda autoritaria”, pero sí lo hace Venezuela.
Pregunto: ¿Si el Tribunal Electoral de Brasil (que es opositor a Dilma Rousseff) desconfiara sobre “el proceso electoral” de Venezuela, no sería más lógico con esa desconfianza el mandar veedores en vez de no mandarlos? ¿No será que no quieren legitimar una elección que será efectuada con las suficientes garantías, razón por la cual denunciar un fraude (inexistente) es más difícil?
Dice Oppenheimer: “con una contracción económica del 8% este año, una tasa de inflación del 200% (la más alta del mundo) y una escasez generalizada de alimentos, los encuestadores independientes coinciden en que es casi seguro que Maduro perdería una elección limpia”.
Pregunto: ¿Quiénes son los que acaparan bienes para generar desabastecimiento y suba de precios? ¿Quiénes son los que suben los precios? ¿El gobierno bolivariano?
Desafortunadamente no se ha expropiado totalmente a los capitalistas cipayos en Venezuela, y éstos, de consuno con EEUU, hacen la guerra económica contra Venezuela, repitiendo el guión escrito por la CIA para el golpe contra Salvador Allende en Chile en 1973.
Pregunto: ¿Quién subió la producción de hidrocarburos para que el precio del petróleo bajara en el mercado internacional? ¿Venezuela o Arabia Saudita? ¿Cuál de estos dos países ha sido y es vasallo de los EEUU? ¿La baja en los precios del petróleo incide en los valores de la economía venezolana y en la viabilidad económica de la extracción de hidrocarburos con fracking de YPF en Argentina?
Pregunto: ¿El dato de la contracción del 8% de dónde lo saca Oppenheimer?
Pregunto: ¿Por qué Oppenheimer da por hecho que una victoria de Maduro sólo puede ser por fraude? ¿En qué se basa?
En Argentina, para instalar el “fraude”, ya está en marcha una gran operación de la CIA y el Pentágono que hizo ya algunos de sus movimientos más evidentes, principamente en las elecciones a gobernador de la provincia de Tucumán. Allí las huestes proyankis, poco después de las elecciones, al grito de “fraude”,  generaron disturbios en la Plaza Independencia de la capital de esa provincia; los mismos actores políticos de la alianza electoral antikirchnerista que, horas antes, estuvieron involucrados en la quema de urnas (justamente para poder dar sustento material a la denuncia que ya venía adelantándose desde sus medios de confusión de masas). Días más tarde, ante una presentación de nulidad de las elecciones por parte de la alianza de todos contra el kirchnerismo (autodenominada Acuerdo para el Bicentenario) un tribunal en lo Contencioso Administrativo, sin jurisdicción, decretó la nulidad de las elecciones disponiendo la repetición de los comicios, lo que fue apelado por el Frente para la Victoria (kirchnerismo) y, finalmente, la Corte Suprema de la Provincia revalidó las elecciones. Con esta última acción de impugnación de los comicios la reacción tuvo suficiente material para montar sus enormes campañas de confusión de masas e instalar la sospecha de un fraude que nunca existió.
De la misma forma, a través de las redes sociales, días antes de las elecciones del 25 de Octubre se hicieron circular toda una serie de textos tendenciosos que, como Oppenheimer, dan por hecho lo que no sucedió. El resultado de las elecciones del 25 de Octubre, donde si bien ganó Scioli, Macri obtuvo guarismos sorprendentemente favorables, dejó para otro momento el guión yanki del “fraude” porque: o el gobierno nacional hizo fraude pero se equivocó de boletas, o no había ninguna maniobra ni preparativo en ese sentido. Es evidente cuál es la respuesta correcta.
El momento para el reverdecer de esas denuncias llegará si el balotaje lo gana Scioli, de la misma forma que ya se aprestan a hacer en Venezuela si Nicolás Maduro gana las elecciones legislativas.
Entonces resulta que, sólo porque los medios de confusión de masas lo repiten sin cesar, Maduro podría “decidir” hacer un fraude electoral. Entonces todos tenemos que estar prevenidos de esa trampa, inventada totalmente, a fuerza de repetición y de ingenuos que se dejan manipular.
Entonces resulta que, si en Venezuela hay desabastecimiento y aumento de precios, la culpa la tiene Maduro, aunque el Estado esté intentando enfrentar esa situación, no generada por el gobierno y el Estado, puesto que, desafortunadamente, el Estado aún no es el propietario de los bienes ni de las redes comerciales de distribución.
Entonces resulta que si hay inestabilidad financiera con el dólar (moneda que Venezuela, como Argentina, no emiten) entonces la culpa la tiene el gobierno y el Estado, aunque estén intentando ponerle límites a la fuga de capitales y la especulación desenfrenada y adrede desestabilizadora de los ricachones.
Entonces resulta que, si Venezuela toma la medida de cerrar la frontera para protegerse de las bandas criminales colombianas y de los oligarcas cipayos de Colombia, transita la “senda autoritaria”, por más que el gobierno bolivariano esté en el poder habiendo ganado más elecciones que todos los demás gobiernos de Sudamérica.

Por qué hay que votar a Scioli
De todo lo aquí expresado hasta el momento queda claro que uno de los objetivos fundamentales de la política de los Estados Unidos para América Latina es “el fin del ciclo populista en América del Sur”, en las propias palabras de Oppenheimer. En este sentido, en Argentina, gane Scioli o gane Macri, ya el Imperio cuenta con una victoria relativa: que Cristina Fernández de Kirchner no estará en la Presidencia a partir del 10 de Diciembre. Las probables maniobras para que la eventual reunión de la UNASUR se haga después de esa fecha demuestran que un objetivo claro de la política de los EEUU es desplazar a la actual presidenta argentina del poder. Eso ya será así después del 10 de diciembre.
Pero el objetivo más importante de todos, estratégico para los EEUU, aún más importante que el fin del “ciclo populista”, es destruir la Revolución Bolivariana de Venezuela porque, más allá de lo que significan sus ingentes reservas de hidrocarburos (las que EEUU obviamente pretende recuperar para su dominio), políticamente el proceso venezolano es el que está yendo en un camino más franco de radicalización democrática revolucionaria. La Constitución Venezolana es la más avanzada de Sudamérica en cuanto a institucionalizar y promover el poder popular directo. Las milicias bolivarianas y la concepción de las comunas como unidades organizativas del poder democrático para impulsar la participación popular y desarrollar el poder organizado de las masas son claros exponentes de radicalización cualitativa en el sentido genuinamente revolucionario, proletario, en el enfrentamiento con el fenómeno burocrático que amenaza a cualquier proceso de cambio, y más aún a los procesos revolucionarios donde el burocratismo es una de las expresiones de la ideología burguesa, del abuso del poder.
Quien, declamando el deseo de un cambio revolucionario, no vea esto, y juzgue a la Revolución Bolivariana de manera superficial, como hacen las vertientes de la izquierda pacifista, lisa y llanamente vive en otro mundo y, cuando lea el artículo de Oppenheimer seguramente no hará más que encogerse de hombros y seguir afirmando que es lo mismo Macri que Scioli. Quien juzga que es lo mismo el golpe continental -golpe en el cual Macri, no Scioli, es una pieza clave- dirigido a acabar con el “ciclo populista” pero fundamentalmente dirigido a destruir la Revolución Bolivariana, que es la vanguardia de ese "ciclo"; es lo mismo que la posibilidad de desbaratar o debilitar ese plan golpista, está directamente en el campo de la contrarrevolución.
Votar a Scioli es la única opción seria por la que hoy en Argentina se debe optar, por más que aún del mismo Scioli no tengamos la seguridad plena de si será valiente y patriota como para desbaratar estos planes que van contra los deseos de independencia de todos los países de Nuestra América.
Todo lo demás es ser parte de la comparsa de la CIA y el Pentágono, es ser parte de la estupidez útil para los planes imperialistas.

No vote en blanco, no vote a Macri.
Vote a Scioli contra el golpe continental.


Leonardo Del Grosso


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