por The Saker. Este artículo fue escrito para The Unz Review. En The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso. En Comunidad Saker Latinoamérica
maqueta de una de las versiones del misil crucero Kalibr |
Las tensiones entre Rusia y los EE.UU. han llegado a un nivel sin precedentes. Estoy totalmente de acuerdo con los participantes de este programa de debate -la situación es aún peor y más peligrosa que durante la crisis de los misiles. Ambas partes están yendo ahora al así llamado “Plan B” que, en pocas palabras, puede ser, en el mejor de los casos, que no hay negociaciones y, en el peor, una guerra entre Rusia y los EE.UU.
La clave para entender la postura de Rusia en este, y otros, recientes conflictos con los EE.UU. es que Rusia sigue siendo mucho más débil que los EE.UU. y que, por lo tanto, no quiere la guerra. Eso no significa, sin embargo, que no se está preparando activamente para la guerra. De hecho, se prepara mucho y activamente. Todo esto significa que si debe producirse un conflicto Rusia intenta, como puede ser mejor, mantenerlo lo más limitado posible.
En teoría, estos son, muy aproximadamente, los posibles niveles de confrontación:
1-Un enfrentamiento militar a la Berlín en 1961. Se podría argumentar que esto es lo que ya está teniendo lugar en este momento, aunque de una forma menos visible y a más larga distancia.
2-Un único incidente militar, como lo que sucedió recientemente cuando Turquía derribó a un SU-24 ruso y Rusia decidió no tomar represalias.
3-Una serie de choques localizados similares a lo que ocurre actualmente entre la India y Pakistán.
4-Un conflicto limitado al teatro de la guerra de Siria (dicen como la guerra entre el Reino Unido y Argentina en las Islas Malvinas).
5-Una confrontación militar regional o global entre los EE.UU. y Rusia.
6-Una guerra termonuclear a gran escala entre los EE.UU. y Rusia.
Durante mis años de estudiante de estrategia militar he participado en muchos ejercicios de escalamiento y desescalamiento y puedo dar fe de que si bien es muy fácil de llegar a escenarios de escalamiento, todavía tendría que ver un escenario creíble para el desescalamiento. Lo que es posible, sin embargo, es el así llamado “escalamiento horizontal” o “escalamiento asimétrico” en el que un lado no opta por subir la apuesta o escalar directamente, pero en su lugar elige un objetivo diferente para la venganza, no necesariamente uno más valioso, simplemente uno diferente en el mismo nivel de importancia conceptual (en los EE.UU. Joshua M. Epstein y Spencer D. Bakich hicieron la mayor parte del trabajo pionero sobre este tópico).
La razón principal por la cual podemos esperar que el Kremlin tratará de encontrar opciones asimétricas para responder a un ataque de Estados Unidos es que en el contexto sirio Rusia está irremediablemente superada por los EE.UU./OTAN, al menos en términos cuantitativos. Las soluciones lógicas para los rusos son usar su ventaja cualitativa o buscar “objetivos horizontales” como posibles opciones de retaliación. Esta semana sucedió algo muy interesante y altamente inusual: el mayor general Igor Konashenkov, el Jefe de la Dirección del Servicio de Medios e Información del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, abiertamente mencionó una de esas opciones.
Aquí está lo que dijo:
“En cuanto a las amenazas de Kirby acerca de las posibles pérdidas de aviones de Rusia y el envío de militares rusos de nuevo a Rusia en bolsas para cadáveres, diría que sabemos exactamente dónde y cómo muchos ‘especialistas no oficiales’ operan en Siria y en la provincia de Alepo y sabemos que están involucrados en la planificación operativa y que supervisan las operaciones de los militantes. Por supuesto, uno puede seguir insistiendo en que están involucrados sin éxito en tratar de separar a los terroristas de al-Nusra de las fuerzas de la ‘oposición’. Pero si alguien trata de poner en práctica estas amenazas, no es en absoluto seguro de que estos militantes tendrán tiempo para ir al infierno fuera de allí”.
Bonito, ¿no? Konashenkov parece estar amenazando a los “militantes” pero está seguro de mencionar que hay un montón de “especialistas no oficiales” entre estos militantes y que Rusia de ellos sabe exactamente dónde están y cuántos hay. Por supuesto, oficialmente, Obama ha declarado que hay unos pocos cientos de tales asesores especiales de Estados Unidos en Siria. Una fuente bien informada de Rusia sugiere que hay hasta 5.000 “asesores” para los Takfiris incluyendo alrededor de 4.000 estadounidenses. Supongo que la verdad está en algún lugar entre estas dos cifras. Por lo que la amenaza rusa es simple: ustedes nos atacan y nosotros atacaremos a las fuerzas de Estados Unidos en Siria. Por supuesto, Rusia negará vehementemente apuntar a los soldados estadounidenses e insistirá en que el ataque era sólo contra los terroristas, pero ambas partes entienden lo que está pasando aquí.
Curiosamente, la semana pasada la agencia de noticias iraní Fars informó que un ataque ruso de ese tipo ya había sucedido:
30 oficiales israelíes de inteligencia militar asesinados en un ataque ruso de misiles Calibr en Alepo:
“Los buques de guerra rusos dispararon tres misiles Calibr hacia la sala de operaciones de coordinación de los agentes extranjeros en la región de Dar Ezza, en la parte occidental de Alepo, cerca de la montaña Sam’an, matando a 30 agentes israelíes y occidentales. El servicio en árabe de la agencia de noticias rusa Sputnik cita a fuente en el campo de batalla de Alepo afirmando que sucedió el miércoles. La sala de operaciones se encuentra en la parte occidental de la provincia de Alepo entre las nubes de la montaña Sam’an y cuevas antiguas. La región está inserta profundamente en una cadena de montañas. Varios oficiales de Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudí, Qatar y Gran Bretaña también fueron asesinados junto con los oficiales israelíes. Los oficiales extranjeros que fueron matados en la sala de operaciones de Alepo estaban dirigiendo los ataques de los terroristas en Alepo e Idlib”.
Si esto realmente ocurrió o si los rusos han filtrado tales historias para indicar que esto podría suceder, no es menos cierto que las fuerzas estadounidenses en Siria se constituyen en un objetivo obvio para la venganza de Rusia, ya sea a través de misiles de crucero, bombas de gravedad o por la acción directa de una operación de las fuerzas especiales rusas. Los EE.UU. también tienen varias instalaciones militares encubiertas en Siria, incluyendo al menos un campo de aviación con aeronaves de rotor basculante multi-misión V-22 Osprey.
Otro reciente interesante desarrollo ha sido el informe de Fox News respecto de que los rusos han desplegado S-300V (conocidos como “sistema antimiles y antiaéreo SA-23 Gladiador”) en Siria. Vayan a este excelente artículo para una detallada discusión sobre las capacidades de este sistema de misiles. Yo lo resumiré diciendo que el S-300V puede interceptar misiles balísticos, misiles crucero, aviones de muy baja RCS (“stealth”) y aviones AWACS. Es éste un sistema de defensa aérea a nivel de Ejército/Cuerpo de Ejército, sumamente capaz de defender la mayor parte del espacio aéreo de Siria, pero también suficientemente capaz de adentrarse en Turquía, Chipre, el Mediterráneo oriental y Líbano. Los poderosos radares de este sistema no sólo pueden detectar e indentificar aviones estadounidenses (incluyendo “stealth”) a una gran distancia, sino que pueden también proveer un tremendo soporte a los pocos cazas rusos de superioridad aérea brindándoles una imagen clara de los cielos y de los aviones enemigos a través de enlaces de datos encriptados. Por último, la doctrina de la fuerza aérea de los Estados Unidos es extremadamente dependiente del uso de aviones AWACS para guiar y respaldar a los cazas estadounidenses. El S-300V forzará a los AWACS de los EEUU/OTAN a operar a una distancia mucho más incomoda. Entre los radares de amplio rango de los Sukhois rusos, los radares de los cruceros rusos en la costa siria y los radares de los S-300 y S-300V en tierra, los rusos tendrán un conocimiento situacional mucho mejor que sus contrapartes estadounidenses.
Parece ser que los rusos están tratando de compensar su inferioridad numérica mediante la implementación de sistemas de alta gama para los que los EE.UU. no tienen un equivalente real o buenas contramedidas.
Hay básicamente dos opciones de disuasión: la negación, cuando se impide al enemigo golpear sus objetivos, y la venganza, cuando se hace el costo de un ataque enemigo inaceptablemente alto para él. Los rusos parecen estar siguiendo ambos caminos al mismo tiempo. Así, podemos resumir el enfoque de Rusia de esta manera:
1-Retrasar una confrontación tanto como sea posible (comprar tiempo).
2-Tratar de mantener cualquier confrontación al más bajo nivel posible de escalamiento.
3-Si es posible, responder con escaladas asimétricas/horizontales.
4-En lugar de “prevalecer” en contra de los EE.UU./OTAN – hacer que los costos de un ataque sean demasiado altos.
5-Tratar de poner presión sobre los “aliados” de Estados Unidos con el fin de crear tensiones en el seno del Imperio.
6-Tratar de paralizar a los EE.UU. en el plano político haciendo superlativamente altos los costos políticos de un ataque.
7-Tratar de crear gradualmente las condiciones sobre el terreno (Alepo) para hacer fútil un ataque de Estados Unidos.
Para aquellos educados en las películas de Hollywood y que todavía ven la televisión, este tipo de estrategia provocará en ellos frustración y condena. Hay millones de estrategas de café que están seguros de que podrían hacer un trabajo mucho mejor que Putin para contrarrestar al imperio estadounidense. Ahora esta gente nos ha estado diciendo durante “años” que Putin “cansó” a los sirios (y a los nuevorrusos) y que los rusos deben hacer X, Y y Z para derrotar al Imperio AngloSionista. La buena noticia es que ninguno de estos estrategas de café se sienta en el Kremlin y que los rusos han acertado en su estrategia en los últimos años, un día a la vez, incluso cuando fue criticada por aquellos que quieren soluciones rápidas y “fáciles”. Pero la principal buena noticia es que la estrategia de Rusia está andando. No sólo es la Ucrania ocupada por los nazis literalmente cayendo a pedazos, sino que los EE.UU. básicamente se han quedado sin opciones en Siria (ver este excelente análisis realizado por mi amigo Alexander Mercouris en el Duran).
Los únicos pasos lógicos restantes que le quedan a los Estados Unidos son aceptar los términos de Rusia o marcharse. El problema es que yo no estoy del todo convencido que los neocons, que manejan la Casa Blanca, el Congreso y las corporaciones de medios de comunicación estadounidenses, son “racionales” en absoluto. Esa es la razón por la que los rusos emplean tantas tácticas dilatorias y por la que ellos han actuado con tanta mayor cautela: están tratando con ideólogos incompetentes profesionales quienes simplemente no cumplen con las reglas no escritas pero claras de las relaciones internacionales civilizadas. Esto es lo que hace que la crisis actual sea mucho peor que incluso la crisis de los misiles en Cuba: una superpotencia, claramente, se ha vuelto loca.
¿Son los estadounidenses lo suficientemente locos como para arriesgar la Tercera Guerra Mundial por Alepo?
Tal vez si, tal vez no. Pero que si replanteamos la pregunta y respondemos
¿Son los estadounidenses lo suficientemente locos como para arriesgar la Tercera Guerra Mundial para mantener su status como la “nación más indispensable del mundo”, el “líder del mundo libre”, la “ciudad en la colina” y todo el resto de estos absurdos imperialistas?
Aquí me gustaría admitir que sí, que potencialmente son.
Después de todo, los neoconservadores están en lo correcto cuando sienten que si Rusia sale adelante con desafiar y derrotar abiertamente a los EE.UU. en Siria, nadie va a tomar nunca más muy en serio a los anglosionistas.
¿Cómo crees tú que piensan los neocons cuando ellos ven que el presidente de Filipinas públicamente llama a Obama un “hijo de puta” y después le dice a la Unión Europea que se vaya y se “coja a sí misma”?
Por supuesto, los neoconservadores aún pueden encontrar algún consuelo en la sumisión abyecta de las élites políticas europeas, pero aún así -ellos saben que eso está escrito en la pared y que su imperio está desmoronándose rápidamente, no sólo en Siria, Ucrania o Asia, sino incluso dentro de los EE.UU. El mayor peligro es que los neoconservadores podrían tratar de reunir a la nación en torno de la bandera, ya sea mediante la organización de una nueva operación de bandera falsa o mediante el gatillamiento de una verdadera crisis internacional.
En este punto en el tiempo todo lo que podemos hacer es esperar y confiar en que haya suficiente resistencia dentro del gobierno de Estados Unidos para prevenir un ataque estadounidense contra Siria antes de que entre la próxima administración. Y aunque no soy partidario de Trump, yo estaría de acuerdo en que Hillary y su maligna camarilla de neoconservadores rusófobos es tan mala que Trump me da algo de esperanza, al menos en comparación con Hillary.
Así que si Trump gana, entonces la estrategia de Rusia habrá estado básicamente justificada. Una vez que Trump está en la Casa Blanca existe al menos la posibilidad de una redefinición completa de las relaciones ruso-estadounidenses que podrían, por supuesto, comenzar con una desescalada en Siria: mientras que Obama/Hillary categóricamente rehúyen de deshacerse de Daesh (por esto entiendo al-Nusra, al-Qaeda, y todas sus diversas denominaciones), Trump parece estar determinado a luchar seriamente contra esto, incluso si eso significa que Assad se mantenga en el poder. Hay definitivamente una base para el diálogo aquí. Si llega Hillary, inmediatamente los rusos se tendrán que hacer una interpelación absolutamente crucial: ¿cuán importante es Siria en el contexto de su objetivo de volver a re-soberanizar Rusia y derribar al Imperio AngloSionista? Otra manera de formular la misma pregunta es “¿preferiría Rusia una confrontación con el Imperio en Siria o en Ucrania?”
Una manera de medir el estado de ánimo en Rusia es mirar el lenguaje de una reciente ley propuesta por el presidente Putin y aprobada por la Duma que se ocupa de la cuestión del Acuerdo ruso-estadounidense de Gestión y Diposición de Plutonio (PMDA) donde, una vez más, vimos a los EE.UU. fallar otra vez en cumplir con sus obligaciones y el cual Rusia ha suspendido. Lo que es interesante es el lenguaje elegido por los rusos para enumerar las condiciones bajo las cuales ellos reanudarían su participación en este acuerdo y, básicamente, su disposición a reanudar las negociaciones sobre cualquier tipo de armas:
1-Una reducción de la infraestructura militar y el número de las tropas estadounidenses estacionadas en el territorio de los estados miembros de la OTAN que se unieron a la alianza después del 1 de septiembre de 2000, a los niveles en los que estaban cuando entró en vigor por primera vez el acuerdo original.
2-El abandono de la política hostil de los EE.UU. hacia Rusia, que debe llevarse a cabo con la abolición de la Ley de Magnitsky de 2012 y las condiciones de la Ley de Apoyo a la Libertad de Ucrania de 2014, la que fue dirigida contra Rusia.
3-La abolición de todas las sanciones impuestas por los EE.UU. sobre ciertos sujetos de la Federación Rusa, individuos y personas jurídicas rusas.
4-La compensación por todos los daños sufridos por Rusia como resultado de la imposición de sanciones.
5-Los EE.UU. también son exigidos a presentar un plan claro para la disposición de plutonio irreversible cubierto por el PMDA.
Ahora los rusos no son delirantes. Ellos saben muy bien que los EE.UU. nunca aceptarán dichos términos. Entonces, ¿sobre qué es realmente todo esto? Es una manera diplomática pero no ambigua de decirle a los EE.UU. exactamente lo mismo que lo que el presidente de Filipinas, Duterte (y Victoria Nuland), dijeron a la Unión Europea.
Los estadounidenses mejor empiecen a prestar atención.
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