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jueves, 16 de marzo de 2017

LAS CTA PONEN FECHA EL 30 DE MARZO PARA EL PARO NACIONAL

En un plenario conjunto realizado el 14 de marzo, con la participación de más de 2 mil delegados y secretarios generales de todo el país, las dos CTA (la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores) definieron como fecha del paro nacional el 30 de marzo, tomando como referencia el histórico paro nacional del 30 de marzo de 1982, que fue el preludio de la caída de la dictadura militar.

A continuación, el discurso de los secretarios generales de ambas CTA, Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores) y Pablo Miceli (CTA Autónoma)

 

columnas marchando en la movilización del 7 de marzo

 


Hugo Yasky

Primero expresarles la emoción que tenemos porque no es un plenario más. Esta fecha va a quedar en la historia de la clase trabajadora argentina y en la historia nuestra. Particularmente en la historia nuestra. Es el primer plenario unificado en esta apuesta que hemos hecho a volver a darles a la CTA, la Autónoma y la de los Trabajadores, a los trabajadores y trabajadoras, que nosotros representamos, y a muchos otros, que no están en la CTA, pero que hoy ven, en esto que representa nuestra construcción sindical, una expectativa, una alternativa, un camino, una voz legítima.
Decía es volver a darnos la oportunidad de la unidad. Y esto debemos defenderlo a muerte. Siempre hay en el camino de la unidad, aquéllos que van a tratar de poner palos en la rueda. Pero hay que hacer el esfuerzo. Hay que tener la perseverancia, la obstinación, de saber que en momentos en que sufrimos una agresión a escala nunca antes conocida, porque hoy, el gobierno de Macri, no es un gobierno más de la derecha de la Argentina. Hoy el gobierno de Macri es el gobierno de la clase dominante. Nunca como antes en la Argentina, por lo menos, desde que conocemos la democracia, nos había gobernado la clase dominante y los sectores vinculados a los intereses multinacionales de esa clase dominante.
Esto solo bastaría para explicar por qué hoy crece la desocupación. Por qué hoy en el medio de la apertura económica, que algunos festejan, son muy pocos, empiezan a desmoronarse las pequeñas y medianas empresas. Empiezan a desaparecer los que generan 8 de cada 10 puestos de trabajo. Esto explica también, por qué la obstinación, por qué esa especie de actitud pertinaz, que pretende bajar el costo salarial, como si eso fuese lo único que le va a garantizar a la Argentina esa competitividad de la que hablan los empresarios. Este es un gobierno que vino a llenarse los bolsillos y a llenar los bolsillos a los que tienen la sartén por el mango y viene a destruir el salario, las conquistas; viene a arremeter contra la democracia. Estos que se llenaban la boca hablando que había que dejar atrás la Argentina de la confrontación, que había que ir a una República transparente; a una República en la que se respetaran los derechos, hoy tienen a una presa política como Milagro Sala, hace más de un año y ninguno se hace cargo de eso.
Y va a ser así, la garantía de que para Milagro, en el final del camino, va a estar la libertad, es el pueblo luchando en la calle, y también el repudio popular para Morales, y esa garantía va a ser el pueblo luchando en la calle.
Estamos viviendo momentos históricos en la Argentina. Cuando nosotros hace más o menos 20 días, dijimos que marzo iba a quedar en la historia de las luchas populares, algunos periodistas se sonreían socarronamente y pensaban que se trataba simplemente de una frase echada al azar. Pero marzo está quedando en la historia de las luchas populares. No se van a olvidar las jornadas históricas de las movilizaciones, del paro de los docentes en defensa de la escuela pública, de las paritarias libre, porque hoy es un caso testigo el de los docentes.
Y va a quedar también en la historia ese acto multitudinario, la movilización más grande que se haya conocido desde que gobierna Macri. Ese acto, hecho en un lugar extraño, de difícil acceso, hecho por algunos que esperaban que con esa dificultad para entrar iban a desalentar la participación popular, pero lo cierto es que el pueblo dijo Basta, y fue con la CGT y fuimos con la CTA, y ahí reclamó el Paro General que el pueblo argentino vine pidiendo desde hace meses.
Nosotros, las dos CTA, fuimos a ese acto, convencidos de que hay que apuntalar la unidad en la acción; convencidos que hay que estar ahí, donde nuestro pueblo, en que jornadas que van a ser históricas, va a dirimir la pulseada contra este gobierno, que cuando empiece a perder lo poco que todavía le queda de adhesión popular, se va a replegar sobre si mismo y va a generar situaciones de represión. Pero cuando hay represión, solamente las manos en la espada con el pueblo en la calle, y por eso nosotros, el día 7 fuimos a la convocatoria de la CGT absolutamente conscientes de que por encima de las diferencias había que privilegiar la unidad en la acción.
Pero también está claro que la unidad en la acción, tiene un límite. No vamos a estar esperando indefinidamente que las vacilaciones, que las traiciones, y que las jugadas de algunos sectores de la CGT, que tratan de alargar la luna de miel con el presidente Mauricio Macri, nos lleven atrás de convocatorias que finalmente nunca se corporizan. Por eso nosotros, junto a los compañeros de la CTA Autónoma, junto con Pablo Micheli decidimos convocar a este plenario, para decir con todas las letras: Vamos con la unidad en la acción y esa unidad en la acción, si no tiene la convocatoria que se espera desde la CGT, esa unidad en la acción, si no tiene la convocatoria que se espera desde la CGT, esa unidad en la acción tiene que tener la unidad en la acción de las dos CTA, para demostrar que el tiempo de la resistencia contra Macri no admite más demoras.
Por eso hicimos los plenarios en todo el país. Por eso hoy ustedes vienen acá con un mandato muy claro: ponerle fecha al paro general.
Y tenemos que llegar al paro general, como venimos transitando estos meses y estos días. Tenemos que llegar al paro general en la calle, acompañando la lucha de los compañeros docentes. Entre el 20 y el 22 de marzo una Marcha Federal Educativa, que va a conmover al país; que va a arrancar de cada provincia; que va a recorrer, no las calles de la Argentina. Va a recorrer el alma y el corazón de nuestro pueblo, por lo va a poner de pie. Ahí tenemos que estar todos todos los CTA; todos los movimientos sociales, porque ésta es nuestra lucha. No es sólo el paro docente. Es unir la lucha de la clase trabajadora contra ellos.
Tenemos que llegar al paro movilizándonos multitudinariamente el 24 de Marzo para decirle a Macri: vos, que querías hacer movible el 24 de Marzo; vos que descendés de aquéllos que fueron cómplices de la dictadura genocida, mirá el pueblo en la calle y entendé, que la Memoria, la Verdad y la Justicia no se negocian.
Y en esa consecuencia, y con esa convicción, reivindicamos, como fecha del Paro Nacional, el 30 de Marzo.
Hay una línea histórica, una línea de coherencia, entre nosotros y los que tenemos de la vereda de enfrente. Para la clase dominante argentina hay una línea que nos une con aquéllos que fueron parte de la dictadura cívico-militar. Fue una dictadura de clase. Y para nosotros, de este lado, también hay una línea histórica, y hay lazos de sangre, con José Benedicto Ortiz el compañero asesinado en Mendoza; con Dalmiro Flores, el compañero asesinado el 30 de marzo por marchar en la calle, contra la dictadura militar, en el año 1982.
Sé que hoy tenemos la oportunidad de que esta historia de unidad de las dos CTA, no sea el producto de un acuerdo en un salón a puertas cerradas.
Esta unidad tiene que ver con la lucha. Esta unidad tiene que ver con el compromiso de clase. Esta unidad tiene que ver con la decisión de sostener con autonomía, en confrontación contra el propio Macri, contra los ajustadores, contra el imperialismo yankee, reivindicar los movimientos populares y democráticos de América Latina, los gobiernos de izquierda y decirle al mundo: La clase trabajadora argentina, el pueblo argentino, no se entregan.
Gracias compañeros, por esta oportunidad que nos estamos dando.

Pablo Micheli

Muy impactado por este plenario. No es que no hayamos estado reunidos con los compañeros de la mesa en otros plenarios. Miles de plenarios durante nuestra militancia, dentro de la CTA, nuestro sindicato, pero éste era un desafío. Más allá que Hugo, yo, algunos dirigentes de las dos CTA nos pudiéramos sentar a discutir la posibilidad de construir un camino que fuera un poco más allá de lo que fue el año pasado, que no fue menor, fue muy importante. Que le dimos una pelea muy fuerte a la entrega del macrismo y a la complicidad sindical. Esa complicidad sindical que se sigue mostrando todavía, como ocurrió el 7 en el palco que montaron ahí, en ese lugar. En esa encerrona trágica, donde pensaban que no iba a ir gente, que apuraron los discursos vacíos de contenido. Esa complicidad de esos dirigentes sindicales que son oficialistas de todos los gobiernos. Los compañeros de ATE los conocen bien. Siempre están. El problema es de los gobiernos que los aceptan, pero ellos son oficialistas de todos los gobiernos que pasen. Ustedes saben bien a qué me refiero. Y como están esos dirigentes estatales, también están los dirigentes del sector privado que siempre han actuado con complicidad, inclusive durante la dictadura militar en nuestro país.
Por eso siempre surgieron en nuestra Argentina, alternativas que la clase trabajadora se fue dando. Hombres y mujeres que fueron peleando para cambiar lo que estaba establecido e instituido. Para decir, acá no es lo único y por eso estuvo la CGT de los Argentinos, el Programa de Huerta Grande, y tantos ejemplos de resistencia y lucha con Tosco, con todos aquellos luchadores que se pusieron la camiseta del pueblo para salir a la calle. Como Germán, en su momento, enfrentando la entrega del menemismo, como los compañeros desaparecidos, como el compañero Arancibia, y tantos otros compañeros que dieron la vida para cambiar esta historia.
Pero lamentablemente en nuestro país, ocurre, parece que es un estigma que tenemos los militantes populares. Un estigma que tenemos quienes estamos en los sindicatos, en las organizaciones sociales, en los partidos del campo popular. Pareciera que aquéllos que traicionan el mandato del pueblo, rápidamente se vuelven a reciclar y aparecen nuevamente en escena.
Cada vez que hay dirigentes que han sido cómplices de la entrega de nuestro país, pasa un tiempito, se esconden y vuelven a aparecer.
Comienza a agotarse ese tiempo, porque no sólo somos los dirigentes y los cuadros, los que empezamos a criticar ese tipo de conducción política, social y sindical, comienza la gente en general, también a hacerlo. Y la expresión del palco del otro día, no fue un orga preparada. Fue la reacción de muchos compañeros y compañeras delegados de base que están podridos que les digan no. Que le muevan el arco todos los días, sin decir cuándo va a ser el paro, y no lo hacen nunca. ¿Por qué? Porque los seduce la mesa de negociaciones. Los seducen las prebendas del gobierno y esto es lo que hay que transformar. Por eso este plenario adquiere una importancia superior, porque se hace en diversidad. Porque no todos los que estamos acá pensamos igual, pero sí hay algo que nos une. Somos de la misma clase. Somos trabajadoras y trabajadores y queremos transformar la realidad. No queremos quedarnos con esta porquería que nos ofrecen. Queremos un país para todos. Un país donde no haya pibes con hambre. Un país en el que haya trabajo digno y un país donde no nos roben y nos esquilmen como lo hace Macri.
Compañeras y compañeros, hay esa complicidad porque no puede haber reforma laboral para flexibilizar en la Argentina, sin complicidad sindical. Pero también hay otra complicidad sindical, que en nombre de que son los más combativos, los más puros, los más inmaculados, terminan haciéndole el juego al enemigo. Siempre terminan rompiendo y siempre terminan buscando irse, paralelamente a la marcha que hacemos. Siempre terminan diciendo que no hay que juntarse. Que la unidad de la base es un negocio del kirchnerismo, o que no hay que estar juntos porque somos dos cosas distintas. Y la verdad que los trabajadores y las trabajadoras piden a gritos en todas partes unidad para derrotar el ajuste. No hay destino sino hay unidad. Poca grandeza tendríamos los dirigentes si no escuchamos el clamor de nuestro pueblo.
Y no necesitamos que nos vengan a decir nada. Recorremos. Estamos en todos los sectores donde hay conflicto y todos los compañeros y compañeras reclaman ese camino.
Compañeras y compañeros, como dice Hugo, no estamos construyendo la unidad en base a un papelito. Estamos construyendo la unidad al calor de la lucha, y al calor de la lucha con autonomía e independencia. También, no sólo de los partidos y los gobiernos. También autonomía de los que nos quieren llevar de las narices; también autonomía de ese triunvirato que no se pone al frente de la lucha. Y la CTA dice: muy bien señores. Si no lo hacen ustedes, lo hacemos nosotros, porque tenemos decisión, tenemos coraje, para ir a pelear. Tenemos lo que hay que tener, porque sabemos que el camino es la unidad, pero la unidad sin lucha es algo amorfo. La unidad sin lucha es un amontonamiento, una mentira.
No se puede hablar de unidad sentado en un café. Hay que hablar de unidad en cualquier lugar, pero fundamentalmente hay que hablar de unidad cuando van a la calle juntos, defendiéndonos y yendo al frente para derrotar esta política de ajuste. Y ése es el valor de este plenario, que lo anunciamos a principios de este año con Hugo y otros compañeros. Que nos animamos en un contexto de contradicción. No lo vamos a negar ni esconder, que este camino de la unidad no es sencillo. No vamos a esconder que todavía hay cosas que tenemos que saldar entre nosotros. Pero nunca esas cosas nos pueden tapar el bosque. Nunca ese árbol de las diferencias puede estar por encima de lo más importante, que es ver la necesidad de construir poder popular en nuestro país. No se puede construir poder popular si esta CTA no tiene la fortaleza de volver a ser aquella CTA clasista, antiimperialista, como decía Hugo si no tiene la fortaleza de plantarse frente a los gobiernos, sin negar la posibilidad de dialogar. Nosotros tampoco hemos sido inconscientes como para no dar el diálogo. Pero no vamos al diálogo a firmar lo que quiere el gobierno. Si vamos al diálogo va a ser para plantear los temas que están acuciando a la clase trabajadora, a los jubilados, a los movimientos sociales, para ir a plantear que la gente no aguanta más; que acá hay que resolver cuatro o cinco puntos de manera inmediata y fundamentalmente, modificar el rumbo económico. Y el gobierno no quiere hacer eso. No va a hacer eso. ¿La CGT cree que el gobierno va a cambiar y va a modificar? La única forma para que cambie, será porque lo obliguemos y la única forma de obligarlos es con paro nacional, con mucha lucha, que no se agota el 30 de marzo.
Esta no es una batalla de un día, compañeras y compañeros. La derecha llegó al gobierno con el voto de la gente. Llegó con una mayoría, mínima, pero llegó. Y ése es un problema. No es lo mismo que el gobierno de este dictador de Brasil, Temer, que llegó al gobierno con un golpe de estado a Dilma. No es lo mismo que le pasó a Lugo en Paraguay. Lamentablemente, acá tenemos a este tipo que se está poniendo como líder de la derecha de toda la región y de gran parte del mundo. No se lo puede combatir solamente con consignas. Hay que debatir ideas y hay que discutir mucho con los compañeros que siendo combativos están dispuestos a luchar, pero siguen agarrados de sus viejas estructuras. Siguen creyendo que no pueden. Entonces mañana la CGT toca pito y se olvidaron de lo que pasó el 7 de marzo y se olvidaron de la historia. No hay que olvidarse de la historia. Nosotros tenemos que ir para adelante, pero con los espejos retrovisores puestos, sin olvidar que hubo mucha traición a los trabajadores y al pueblo. Sin olvidar, pero teniendo en cuenta que nunca hay que romper los puentes con los que quieren luchar.
Por eso, compañeras y compañeros, no me voy a extender. Queremos escuchar a varios compañeros que se han anotado. Queremos escuchar la opinión de los compañeros camino al paro. Queremos escuchar qué va a pasar de aquí en más.
Estoy totalmente de acuerdo que el 30 de marzo, por estas motivaciones que Hugo acaba de explicar, por lo que significa en la memoria colectiva, por Dalmiro Flores; por las luchas que se dieron en aquel tiempo, en el año 82, con la dictadura, el 30 de marzo tiene que ser la fecha del paro nacional. Debemos mantenernos firmes, pero tiene que ser un paro nacional, no quedándonos en la casa. Paro nacional con movilización a la Plaza de Mayo. Paro nacional con movilización en todas las ciudades importantes de la Argentina.
Paro nacional activo, aunque la CGT le ponga otro día. Después discutiremos a ver si unificamos o no. Pero en principio, este plenario tiene que salir con la firmeza de que esta unidad de las CTA no es para hablar al pedo. Es para poner fecha a la lucha, acompañar a todos los que luchan a lo largo y a lo ancho de Argentina.
Fuerza, compañeras y compañeros. Vamos a definir con toda la fuerza que nos da este camino de la unidad.

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