Por quinta vez, entidades oficiales de la Argentina imprimen mapas de nuestra Nación con una parte de su territorio amputado: nuestras Islas Malvinas no existen para los funcionarios “argentinos” del gobierno de Macri. Hace unos días fue la Agencia de Promoción de Inversiones, dependiente del Ministerio de la Producción. Antes habían sido el Ministerio de Desarrollo Social y luego el ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) los que publicaron mapas de Argentina sin las Islas Malvinas. En otras dos ocasiones sucedió que pusieron las Malvinas pero las nombraron como “Falklands”, que además de no ser el nombre argentino, es el nombre que usan los usurpadores. Fue en los mapas realizados por la Televisión Pública y por el mismísimo Ministerio de Defensa.
Macri prefiere "Falklands" |
Por supuesto que estos hechos tienen la importancia de que son imágenes, incontestables hasta para el más necio: no se puede negar lo que está a la vista. Pero mucho más importante es lo que no salta a la vista de manera tan instantánea como una imágen: los nuevos estatutos coloniales donde Macri demuestra que está bajo las órdenes del imperialismo anglosionista. Por lo menos uno de esos estatutos (¡todo los pactos espúrios que deben haber sido acordados tras bambalinas!) es el comunicado conjunto de la cancillería argentina con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, fechado el 13 de Septiembre de 2016, acordado con el vicecanciller inglés, Alan Duncan, de visita en nuestro país en ese momento. Éste constituye el hecho jurídico más sobresaliente de la sumisión de Argentina a los mismos poderes colonialistas contra los que se defendió el pueblo de Buenos Aires cuando rechazó las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, contra los que luchó Rosas y la Confederación Argentina durante los bloqueos navales de la década de 1840 (guerra de la que la Batalla de la Vuelta de Obligado ha sido su hito más trascendente), y contra los que luchó la Argentina en años más recientes durante la Guerra de Malvinas, en 1982.
El estatuto colonial
En la opinión pública argentina los críticos de este comunicado conjunto se limitaron, en su gran mayoría, a criticar determinados aspectos del mismo, sin destacar su elemento central, que es su integralidad. El comunicado lo dice claramente: “continuar impulsando una agenda omnicomprensiva, multidimensional y multisectorial”, lo que deja en claro, además, que continúa acuerdos preexistentes.
Es este comunicado (al que recomiendo que lean completo en estos enlaces: (https://www.mrecic.gov.ar/comunicado-conjunto-10 o http://leonardodelgrosso.blogspot.com.ar/2017/04/comunicado-conjunto-estatuto-colonial.html) un verdadero programa de acción conjunta total donde, por supuesto, los intereses británicos están en primer lugar. Además de “adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos”, lo que implica una legitimación absoluta de la utilización británica de nuestro territorio nacional usurpado, en el comunicado se establece un mecanismo de coordinación periódico de alto nivel para actuar conjuntamente en absolutamente todos los campos posibles. “Consultas políticas de Alto Nivel”, “Lucha contra la corrupción y el crimen organizado”, “Ciencia y tecnología, derechos humanos y cuestiones de género”, “Arte, cultura, educación y deportes”, “Comercio e inversiones”, “Grupo de los 20 (G-20)”, “Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”, “Seguridad Internacional y Defensa”, “Crisis de los refugiados”, “Atlántico Sur”, son los diferentes títulos en los que se estructura el comunicado conjunto.
captura de pantalla del despreciable pacto con los usurpadores |
Para entender lo que significa este documento conjunto sólo basta con mirar cuál es la política internacional del Reino Unido y así sabremos cuál es la política internacional de una Argentina que Macri quiere que sea una colonia como el Virreinato del Río de La Plata.
Si se trata de “currupción y crimen organizado”, la City de Londres y muchos de los territorios de ultramar dependientes de la corona inglesa están entre los paraísos fiscales más grandes del mundo, donde se lava el dinero negro que proviene de todo tipo de crimen organizado: evasión de impuestos, trata de personas, narcotráfico, comercio de armas, tráfico de órganos, comercio de especies naturales protegidas, comercio de tesoros aqueológicos saqueados, etc., etc. El Reino Unido no sólo ofrece el lugar para ocultar el dinero resultante de todos estos crímenes, sino que la propia Corona, el propio Estado británico y las propias corporaciones capitalistas anglosajonas, son estructuras delictivas cuya política es violar sistemáticamente el derecho internacional y explotar y saquear recursos humanos y naturales en todo el mundo, en su mejor estilo pirata. La guerras del Reino Unido no son guerras de autodefensa, sino que son campañas militares para robar y saquear a otros países. No sólo nuestra propia historia testimonia esta realidad indiscutible: las invasiones a Palestina, Irak, Afganistán, Libia, Siria, y muchos otros lugares, encuentran a los británicos como participantes descollantes..
Si se trata de “Ciencia y tecnología, derechos humanos y cuestiones de género”, el Reino Unido es uno de los países que más roba conocimiento científico, que más viola los derechos humanos en el mundo, y que más denigra al género femenino (las frecuentes masacres británicas no distinguen géneros ni edades). Las disputas por lo que se llama “propiedad intelectual” no son más que el intento de monopolizar el conocimiento para abusar con su poder. Mal pueden dar cátedra de “derechos humanos” los que los violan permanentemente.
Si se trata de “Arte, cultura, educación y deportes”... ¿De qué educación nos pueden hablar quienes están usurpando parte de nuestro territorio nacional? ¿El arte, la cultura y los deportes no son en esta situación de ultraje una simple cobertura para encubrir esta afrenta?
Si se trata de “Comercio e inversiones” el capital británico es un actor fundamental de la usura internacional. De hecho, el banco HSBC fue uno de los más comprometidos en la fuga de capitales contra nuestro país. Las llamadas “inversiones” no son más que contratos que profundizan el saqueo de la Argentina.
Si se trata del “G-20”, la presidencia de nuestro país en el 2018 sólo servirá para que Argentina obedezca, como Malcorra en la ONU, las órdenes inglesas o yankis, ejerciendo así, además de una conducción indigna y lastimosa, dañina para el derecho internacional, una conducción deshonesta para con los demás países.
Si se trata de la “Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”, siendo esta organización heredera directa de las inversiones estadounidenses en Europa en la posguerra y siendo su principal requisito de membresía la liberalización de capitales y servicios, el hecho que la Argentina pretenda ingresar a esta organización y que el Reino Unido actúe como patrocinante sólo traerá perjuicios para la Argentina.
Si se trata de “Seguridad Internacional y Defensa”, se habla de cooperar más estrechamente frente a las “amenazas a la paz y seguridad internacionales”. Me pregunto: ¿no es el Reino Unido una “amenaza a la paz y seguridad internacionales” con sus invasiones a otros países y sus violaciones sistemáticas del derecho internacional?
En este sentido, entre otras barbaridades, resulta vergonzoso que la fragata Libertad, recuperada por el anterior gobierno nacional de manos de los fondos buitres en Ghana (acción soberana a la que Macri en su momento se opuso), tenga previsto visitar Gran Bretaña.
Se habla del “compromiso de la República Argentina con el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales a través del apoyo a las Operaciones para el Mantenimiento de La Paz de las Naciones Unidas”. Nos preguntamos: ¿serán operaciones para el mantenimiento de la paz del tipo de la que intervino en Haití o en República Centroafricana, donde los cascos azules abusaron y violaron, hasta a niños, y luego funcionarios de la ONU como Susana Malcorra garantizaron su impunidad desde los más altos niveles?
Si se trata de la “Crisis de los refugiados” de Siria, esta “crisis” fue provocada por las políticas de EE.UU., Gran Bretaña y Francia, en conjunto con Israel, Arabia Saudita, Qatar y Turquía, entre otros, que arman, entrenan, organizan y financian el “terrorismo islámico”, organizaciones mercenarias paramilitares pseudo-islámicas, verdaderas legiones extranjeras de Occidente para dividir al nacionalismo árabe y musulmán. Entonces, que Macri utilice un discurso xenófobo contra nuestros hermanos nuestroamericanos y, al mismo tiempo, prevea recibir a miles de “refugiados” sirios entre los que, seguramente, el Reino Unido traerá a muchos de sus terroristas veteranos, es una amenaza para la Argentina.
Y si se trata del “Atlántico Sur” este título es el broche que culmina este verdadero decálogo de la traición que constituye este comunicado con Gran Bretaña. Acordar “adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos” es, lisa y llanamente, permitir la completa depredación inglesa sobre nuestras Islas Malvinas y del Atlántico Sur que nos pertenece. Si no se tratara de asuntos de la más densa importancia para nuestra integridad nacional, resultaría jocosa la banalidad con la que aborda este asunto la actual diplomacia argentina. Resuelven las formas hablando de un paraguas, “inmovilizando” el litigio en el plano del derecho internacional, a la vez que mientras el litigio está “bajo el paraguas”, por debajo pasarán las ingentes riquezas que nos robarán aunque, eso sí, dejando un “diego” para los cipayos por su colaboración para “remover todos los obstáculos”, porque sólo a eso se reducirá la injustificable “participación argentina”.
En el primer título del comunicado, “Consultas políticas de alto nivel”, se expresa que “las Consultas Políticas buscarán ampliar la relación bilateral en torno a una agenda positiva que aborde los desafíos globales en el mediano y largo plazo, en áreas como democracia, derechos humanos, cooperación en paz y seguridad internacionales, no-proliferación, medio ambiente y cambio climático, energías limpias, comercio e inversión, ciencia, tecnología e innovación, turismo y deporte”, a la vez que se acordó “establecer e institucionalizar un mecanismo de diálogo de pensamiento y reflexión estratégica” y se “subrayó la labor conjunta en materia de no proliferación de armas de destrucción masiva; las posibilidades de trabajar en el ámbito multilateral en la lucha contra el crimen organizado, el flagelo de las drogas, el terrorismo; las posibilidades de cooperación para cumplimentar las contribuciones del Acuerdo de París en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático; la labor parlamentaria bilateral a través de los grupos de amistad constituidos por ambos países, y multilateral dentro del marco de la Unión Internacional Parlamentaria; la colaboración entre los gobiernos regionales, provinciales y entre ciudades, así como los intercambios culturales y educativos” (como se puede ver ¡hasta el “cambio climático” aparece como chamuyo! ¡Y con los ingleses, los dueños de la petrolera responsable del mayor desastre ecológico petrolero mundial, el mega-derrame del Golfo de México! ¿Alguna plataforma petrolera inglesa en el Mar Argentino usurpado repetirá, gracias a Macri, el desastre de Deepwater Horizon?)
En síntesis, este comunicado conjunto abarca absolutamente todo. Resulta imposible descubrir algún tema que esté ausente. Resulta imposible negar que, si existe la Declaración de la Independencia, de la que se cumplieron en este 2016 doscientos años desde que se proclamara, este comunicado conjunto representa una Declaración de la Colonia, una contra-declaración a la que se realizó el 9 de Julio de 1816. Si se quiere saber cuál es la política exterior del presidente Macri, hay que mirar la del Reino Unido, hay que consultar esta “Declaración de la Colonia”.
¿Qué más es necesario para concluir que Macri y su contubernio de cipayos son contundentes traidores a la Patria?
Este 2 de abril no se puede reivindicar la soberanía argentina sobre nuestras Islas Malvinas sin denunciar la traición macrista. Quien así no lo hiciera, sea un simple argentino o sea un ex-combatiente, es un cómplice de los usurpadores y no viste más, entonces, que el uniforme mentiroso de los falsos patriotas.
Leonardo Del Grosso
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